jueves, 12 de junio de 2014

si tenemos motivación y emoción, llegará el juego, si no imposible

             Es el comentario que aparece en el diario El Mundo (16/06/14), atribuido al entrenador del equipo español de fútbol, V. Del Bosque, al llegar a la concentración de Curitiba en Brasil. Creo que los jugadores están altamente motivados, tanto intrínseca como extrínsecamente, porque les gusta lo que hacen, son altamente competentes, tienen una alta autoconfianza, un alto reconocimiento social y, además, una suculenta prima por ganar.
           En el caso de las emociones, que en parte no están bajo su control, aparecerán con alta intensidad cuando vayan a disputar los partidos; lo que sucede es que un exceso o una baja respuesta emocional afectara negativamente al juego. Pero la regulación emocional en situaciones de competición pertenece al mundo de las funciones ejecutivas.

               Por eso, a mi modo de ver las cosas y al de las investigaciones realizadas al respecto, el buen juego dependerá de la adecuada utilización de dichas funciones. La regulación emocional, ya señalada, la planificación de la competición (tanto individual como grupal), la elección de la solución correcta para cada situación  y la determinación en su ejecución serán las claves para que la selección española pueda desarrollar su nivel de juego. Todo ello depende de las funciones ejecutivas que, como ya hemos señalado anteriormente,  determinan el rendimiento eficiente y son entrenables.