jueves, 12 de junio de 2014

prefiero morir siendo valiente antes que arrepentirme de no haberlo sido.

        Es el comentario que aparece en el diario El País  (16/06/14), atribuido al tenista español, R. Nadal, después de ganar por novena vez el torneo de tenis de Roland Garros en  París. Durante mi carrera, con los rivales con los que hemos llegado al límite, cuando llegan los momentos decisivos he sido capaz de jugar con la determinación adecuada.
           Ellos pueden sentir que he tomado la decisión correcta con la determinación correcta; es hacer lo que uno cree que tiene que hacer y que la cabeza te deje hacerlo, sin que los nervios te hagan hacer lo contrario a lo que crees. Por ejemplo, en la final, en el punto de partido, yo ya tenía decidido jugar una bola fuerte, alta y cruzada y a la siguiente un paralelo "drive".
          Yo ya tenía tomada la decisión cuando el fallo el primer saque: " Es el momento, pensé, sí fallo, fallo yo, no puede ser que sí no gano el partido me arrepienta de no haber sido valiente, de hacer lo que tenía que hacer". Es un excelente ejemplo de utilización de las funciones ejecutivas de forma eficiente: adecuada gestión emocional, elección de la opción correcta y ejecutarla con eficiencia y determinación.