miércoles, 24 de febrero de 2016

no creo en la suerte, pero un poquito viene bien.

          Es un comentario aparecido en el diario El Mundo Deportivo (22/02/16), correspondiente a las declaraciones realizadas por el  excelente tenista mallorquín, R. Nadal, una vez eliminado por el uruguayo P. Cuevas, en el torneo ATP en tierra batida de Rio de Janeiro.
          “Llevo tres partidos seguidos perdiendo a muy pocos puntos de ganar. No creo en la suerte, pero a veces viene bien”. Entiendo que se refiere al azar, a que las cosas que no están bajo el control del deportista y no dependen de él, le sean favorables. Según sus propias palabras le faltó convicción en los momentos importantes.
          Son interesantes porque, curiosamente, la suerte no es una cuestión de creer o no creer, sino de posibilidades del azar que se alinean en beneficio del deportista o en perjuicio pero, cuanta más convicción tienes en ti mismo más posibilidades tienes de que ese efecto positivo ocurra. En este caso, faltó claridad y fuerza mental para mantener la convicción alta y estable a lo largo de todo el partido y, cuando esto ocurre, no hay suerte suficiente que haga posible un resultado favorable.

no encontrarás viento favorable si no sabes a dónde vas

          Curiosa reflexión apoyada en el pensamiento del fílósofo y senador romano, L. Séneca, que continua teniendo sentido en la actualidad para aquellos deportistas que no establecen objetivos en su camino hacia la excelencia.  Se pueden considerar como  un fin, una meta, una intención o simplemente un propósito.
          Son de gran importancia  en el alto rendimiento por su efecto motivador pero, a veces, son incómodos de establecer, se definen de forma general e imprecisa y numerosos deportistas se sienten obligados a alcanzarlos. Tienen una función orientadora de la conducta en una determinada dirección, se centran en los aspectos relevantes de las acciones, movilizan los esfuerzos y prolongan la perseverancia hacia el logro propuesto.  
          Sin embargo,  deben ser alcanzables, limitados en su número y depender del control del deportista, porque demasiados objetivos al mismo tiempo son imposibles de controlar, se termina  abandonándolos  y generan un efecto motivador contrario al que se buscaba.

lunes, 22 de febrero de 2016

no pretendas que las cosas cambien si siempre haces lo mismo

Interesante reflexión realizada por el eminente científico A. Einstein, publicada en el diario El Mundo (20/02/16), que nos ayuda a reflexionar y a considerar la importancia que tiene el hecho de buscar soluciones para que las situaciones fueran diferentes en la siguiente ocasión que se produjera.
También muestra la importancia de hacer cosas y dedicar esfuerzo a aquellas tareas que queremos cambiar para ser un poco mejores cada día. Repetir y repetir  tareas sin variación nos lleva a mantener las cosas como está. Oportuna coincidencia con el pensamiento del psicólogo y científico soviético Bernstein:  para mejorar, la repetición siempre debe de ser con variación; sin ella no habrá evolución”.
Sin embargo, en el trabajo de asesoramiento que llevo a cabo con jóvenes jugadores  de fútbol en la Real Sociedad, S.A.D,  me he encontrado con numerosos deportistas que siguen haciendo lo mismo día tras día, a pesar de las indicaciones de los entrenadores para hacer cosas diferentes; incluso desinteresados por el feedback  ¨post-partido” que les suministran, una vez finalizado el mismo. Así las posibilidades de progresar hacia el primer equipo se convierte en un objetivo imposible.  

domingo, 14 de febrero de 2016

la certeza sobre lo que sabes, cuando no es verdad, es lo que impide optimizar el potencial y alcanzar la excelencia.

          Es un interesante comentario que aparece en la película de “La gran apuesta”, y  sirve para entender  las consecuencias de una escasa flexibilidad hacia  el cambio que poseen numerosos  deportistas, lo que les impide alcanzar niveles de excelencia.
          En el  trabajo  de orientación y asesoramiento psicológico que desarrollo con jóvenes futbolistas en la Real Sociedad de Fútbol, S.A.D., me encuentro con demasiados casos de estas características que dificultan tanto el adquirir el nivel necesario para evolucionar hacia el primer equipo como la estabilización en el mismo.
          Por ejemplo, en relación a la toma de decisiones rápidas creen, con total certeza,  que no es entrenable o que no se necesita entrenar, lo que es totalmente falso, puesto que hoy sabemos como entrenarlas. Otro claro ejemplo es sobre la competitividad que, con absoluta certeza, piensan que “se tiene o no se tiene”, es decir, el populista  “gen competitivo”, lo que es totalmente falso.