miércoles, 31 de octubre de 2007

una escuela sedentaria contribuirá a generar estilos de vida sedentarios

        Con la nueva reforma del sistema educativo en el estado  español, se propone reducir las horas de educación física en el currículum de cada etapa, sobre todo en el caso de la Comunidad AutónomaVasca. El resultado de esta medida es un aumento del sedentarismo de l@s niñ@s y adolescentes.
        No sólo es un grave error educativo sino que, además, puede ser un motivo de delito contra la salud de la población, porque lo que no se explica ni se ha tenido encuenta  en esta decisión son los efectos tan nocivos que provoca  en la salud de las personas la inactividad motriz/sedentarismo. Es decir, la cuestión no es lo que siempre se ha dicho, hay que hacer actividad física para mantenerse en forma y mejorar la salud, lo que se conoce como deporte para tod@s, sino más bien: que el sedentarismo provoca un deterioro grave de la salud.
        Cuando un/a niñ@ va a la escuela se supone que es para adquirir determinadas capacidades y habilidades pero sobre todo, para desarrollarse de forma integral. Solamente en la asignatura de educación física  se puede producir un efecto negativo y una pérdida de capacidad, a través del sedentarismo. No sólo no mejorará sino que  además,  en una escuela sedentaria, empeorará su salud  en general y alguien debería responder de esta manifiesta involución.


lunes, 29 de octubre de 2007

la falta de trabajo psicológico se utiliza para encubrir el bajo rendimiento

Últimamente estoy leyendo declaraciones de técnicos y jugadores en las que, a la hora de explicar el bajo rendimiento del equipo, se atribuye a parámetros psicológicos dicho déficit. Como si la responsabilidad se descargara en dichos parámetros y  no pertenecieran al conjunto del equipo, o no se pudieran mejorar a través del entrenamiento.



El equipo sigue con el pesimismo del año pasado, nos falta concentración  en los últimos minutos de los partidos,  no sabemos lo que pasa y a veces aparece el miedo a perder o nos falta confianza.  Son algunas de las opiniones que se utilizan para encubrir un mal planteamiento táctico, una errónea utilización del potencial del equipo, una deficiente toma de decisiones o una misión erróneo del rol asignado a los jugadores.



Al no analizar, ni entrenar, ni contemplar la necesidad de mejorar las prestaciones psicológicas durante el entrenamiento, es fácil apoyarse en ellas para tapar los errores propios que corresponden a aspectos físicos, técnicos o tácticos: Es el cajón de sastre para explicar lo que no gusta, lo que se desconoce o lo que no se puede diagnosticar.



domingo, 21 de octubre de 2007

a cuenta del plan de juego mental

Esta mañana he leído las declaraciones de James Allen, especialista de fórmula 1 en la cadena ITV, en el diario El Pais. Me ha llamado la atención porque me parece que este señor está hablando por hablar, ya que no creo que tenga acceso al plan de juego mental de Fernando Alonso, para saber si se encuentra desbaratado o no.



También hace mención a “los malos perdedores” en clara referencia al piloto asturiano. Solamente señalar lo que todo el mundo sabe: que lo que se ha ganado en la pista se lo han quitado en los despachos, tanto en el incidente con Massa como con la denuncia de su compañero Hamilton.



Lo único que señala Fernando Alonso es del trato preferencial que está recibiendo su compañero de equipo, tanto de su propio equipo como de la FIA. Además, en ningún caso se refiere a los resultados en carrera, sino a los errores que cometen en su equipo a la hora de decidir, por ejemplo, la presión de los neumáticos en las dos últimas pruebas de calificación, o la estrategia del equipo para él en el Gran premio de Hungría.



Destacar la opinión de Anne Giuntini, especialista y corresponsal de fórmula 1 del periódico L’Equipe que, al referirse al piloto asturiano menciona: “espíritu de resistencia y bravura, alta autoestima y ejemplo de dignidad y coraje”, son atributos que se encuentran fuera del alcance de los malos perdedores. Sin más.



viernes, 19 de octubre de 2007

¿quién sabe de fútbol?

Con esta pregunta se encabeza un artículo en el Diario Vasco (16-10 de 2007), cuyo contenido se relaciona con los procesos de formación. Señala una serie de jugadores importantes que, en un determinado momento de su trayectoria, fueron descartados por los correspondientes técnicos.



También se añade que, para justificar esos descartes, el fútbol no es una ciencia exacta y que precisamente en esa incertidumbre que le caracteriza, reside gran parte de su grandeza. No hay nada nuevo, pero tampoco desconocido.



En este deporte siempre existe una alta incertidumbre en el contexto, pero hay muchas cosas que dependen de los responsables formadores que pueden dejar de ser inciertas.



Un modelo de tecnificación en el que se concrete el tipo de jugador que se quiera formar, los indicadores para realizar la selección de los talentosos, la descripción e identificación de los objetivos formativos, el tipo de tareas que se deben proponer, o las formas de valorar la progresión y la mejora de los jugadores, son algunos de los elementos que pueden carecer de incertidumbre.



Sin embargo, en muchos clubes esto también está impregnado de incertidumbre y de decisiones tomadas al azar. Un proceso formativo estructurado y centrado en la mejora personal, para desarrollar el talento de los deportistas, es tan importante como el talento mismo. Y esto, si que se puede plantear sin incertidumbre y con sistematización.



jueves, 18 de octubre de 2007

interesante coincidencia

Me refiero a las declaraciones de los tres pilotos de fórmula uno que tienen posibilidades de ganar el Cto del Mundo: Lewis Hamilton, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen.



Sólo me puedo dedicar a hacer mi carrera e intentar conseguir la victoria, señala F. Alonso, las demás cosas se me escapan. De forma parecida se manifiesta L. Hamilton: tengo que ir a lo mío, que es sumar los puntos que necesito para ser campeón, el resto de las cosas quedan fueran de mi alcance.



Tenemos unas bazas que  jugar en Brasil y lo vamos a hacer lo mejor posible; haré todo lo que esté en  mi mano para hacer una buena carrera y ganarla, lo demás no está bajo mi control, no me preocupa.



Se puede interpretar que el afrontamiento de estos tres deportistas es parecido: centrado en aspectos relacionados con el control interno y otorgando la máxima importancia al hecho de “intentar hacer una buena carrera y ganarla”. Un buen ejemplo a seguir y a recomendar a tod@s  l@s  técnicos y deportistas con los que trabajamos.



viernes, 12 de octubre de 2007

trabajar en equipo y hacer amigos

          Llama la atención ciertas declaraciones en las que se justifica el trato que está recibiendo Fernando Alonso de su equipo. Sus autores no son capaces de diferenciar entre el trabajo en equipo hacia un objetivo común  y el hacer amigos.
          Este tema ha sido tratado en numerosas ocasiones en los deportes colectivos y, afortunadamente, actualmente se sabe distinguir entre la necesidad que tiene el grupo de trabajar colaborativamente entre sus miembros para alcanzar el éxito (contribución a la tarea) y los lazos de amistad entre ellos (contribución social). Una cosa no quita la otra.
          Nadie niega, ni siquiera Ron  Dennis,  las aportaciones del piloto asturiano en la mejora sustancial del monoplaza y en su capacidad para trabajar junto al resto del equipo en la búsqueda de un coche competitivo. Lo demás, si es más o menos simpático, si cae bien, si es de fácil amiguetes, si  ríe las gracias  de los chistosos, si es amigo de todos o de nadie, quedan fuera del trabajo en equipo y pertenecen al mundo del alterne. Ahora bien, si se quiere hablar  con profesionalidad de estos asuntos, será necesario saber distinguir una cosa de la otra.


lunes, 8 de octubre de 2007

del exceso de ambición a la mala decisión

A veces, sobre todo cuando existen varios objetivos a alcanzar durante la misma temporada, algunos deportistas no tienen lacapacidad de priorizarlos y, por querer conseguirlos todos, toman decisiones equivocadas asumiendo riesgos innecesarios.
Es lo que le ha pasado al piloto inglés Lewis Hamilton este fin de semana en Shangai, que no se conformaba con asegurarse el título de campeón del mundo frente a Fernando Alonso, sino que además, ha disputado la victoria de la carrera arriesgando innecesariamente. “Sólo” tenia que seguir la estela de Kimi Raikkonen para conseguir el título pero, además, en la disputa de la carreraen la que se ha metido, ha arriesgado al límite con el desgaste de sus neumáticos y, para cuando ha tomado la decisión de entrar en boxes, ya no lequedaba goma para llegar al mismo.
Ni suerte de Fernando Alonso, ni milagro, ni mala suerte de Lewis Hamilton, ni mal funcionamiento mecánico, ni nada de nada; solamente un error de decisión del piloto inglés, producido por el exceso de ambición por querer ganarlo todo, sin dejar a los demás disfrutar de una parte de las mieles del triunfo. Si verdaderamente el azar jugase en su contra en la próxima carrera, este errorcometido hoy seguramente le costará el título mundial y, entonces, sí sería una cuestión de suerte para uno de los otros dos pilotos, es decir, para el ganador.

miércoles, 3 de octubre de 2007

se menciona el miedo a ganar pero se describe el miedo a perder

Eso es lo que señalan algunos periódicos que va a sentir  el piloto inglés de Mclaren (L.H.), en las dos carreras que faltan por disputar. No sé como han llegado a esa conclusión, pero no deja de ser curiosa.



Miedo a ganar o miedo a perder, son dos actitudes que generan el mismo sentimiento, miedo/pánico,  pero que tiene muy diferente tratamiento. En la situación en la que se produce el miedo a ganar, el aspecto cognitivo ejerce el predominio sobre el comportamiento competitivo y l@s deportistas hacen cosas voluntariamente para evitar el triunfo.  Suele ser característico de personas que desean evitar el protagonismo, se alejan de la fama y de todo lo que suponga destacar por encima de l@s demás.



En el segundo caso, es decir, cuando aparece el miedo a perder,  el comportamiento de l@s deportista se encuentra  bajo el dominio de las emociones negativas,  lo que se traduce en una incapacidad para actuar eficientemente durante la competición. Es característico de personas inseguras, indecisas, muy preocupada, con poca capacidad de asumir riesgos y retos personales.



Es evidente que, a lo largo de la temporada,  la personalidad de L. H. no se ajusta a ninguna de las dos mencionadas, por lo tanto, en ningún caso creo que vaya a sentir miedo. Eso creo que será capaz de  controlarlo, pero la fortuna es  algo que depende del azar y quizás le juegue una mala pasada y, si no es así, me temo que conseguirá el campeonato al final de esta temporada.



lunes, 1 de octubre de 2007

el resultado de la competición y su influencia sobre la confianza

Continuamente escucho y leo en los medios de comunicación declaraciones de jugador@s y entrenado@s términos tales como “.. para tener confianza hay que ganar partidos, o la confianza  te la da el ganar partidos”.  Pues si pero no, porque la investigación científica en este tema señala que la influencia que tiene el resultado de la competición sobre la confianza, por sí sólo, es escasa, inestable y  efímera. Varias son las razones que lo explican.



Una de ellas se apoya en que el resultado de la competición es una consecuencia de procesos exógenos, en los que  la focalización del control se encuentra bajo elementos externos, mientras que la confianza  surge de procesos endógenos cuya focalización es interna y se encuentra bajo control del deportista.



Otro argumento de peso es que, durante la competición, la valoración que realiza el deportista de su comportamiento y de su manera de actuar, se basa en criterios de eficiencia personal y todo ello pertenece al mundo de los procesos internos.



También, desde un punto de vista de las relaciones con la  motivación, los deportistas necesitan en sus valoraciones sobre su comportamiento competitivo, satisfacer  su autonomía decisional y su competencia  percibida centrada en la maestría,  elementos que pertenecen al mundo de la motivación intrínseca, muy alejados del carácter extrínseco del resultado de la competición.



Por todo ello, es muy difícil de sostener, a estos niveles, que el resultado de una competición “per se”, genere una influencia positiva sobre la confianza, salvo la señalada un poco más arriba. Hay otros elementos pertenecientes a la propia competición, de mayor impacto, que  se deberían tener en cuenta para conseguir y mantener la confianza alta y estable.