Con esta pregunta se encabeza un artículo en el Diario Vasco (16-10 de 2007), cuyo contenido se relaciona con los procesos de formación. Señala una serie de jugadores importantes que, en un determinado momento de su trayectoria, fueron descartados por los correspondientes técnicos.
También se añade que, para justificar esos descartes, el fútbol no es una ciencia exacta y que precisamente en esa incertidumbre que le caracteriza, reside gran parte de su grandeza. No hay nada nuevo, pero tampoco desconocido.
En este deporte siempre existe una alta incertidumbre en el contexto, pero hay muchas cosas que dependen de los responsables formadores que pueden dejar de ser inciertas.
Un modelo de tecnificación en el que se concrete el tipo de jugador que se quiera formar, los indicadores para realizar la selección de los talentosos, la descripción e identificación de los objetivos formativos, el tipo de tareas que se deben proponer, o las formas de valorar la progresión y la mejora de los jugadores, son algunos de los elementos que pueden carecer de incertidumbre.
Sin embargo, en muchos clubes esto también está impregnado de incertidumbre y de decisiones tomadas al azar. Un proceso formativo estructurado y centrado en la mejora personal, para desarrollar el talento de los deportistas, es tan importante como el talento mismo. Y esto, si que se puede plantear sin incertidumbre y con sistematización.