lunes, 27 de abril de 2015

la mejor motivación es la automotivación.

          Es una opinión expresada por el entrenador de fútbol de la Real Sociedad, D. Moyes, y publicada en el Diario Vasco (14/04/15), con las que estoy plenamente de acuerdo; sin embargo, los titulares de la misma entrevista se orientan en dirección contraria a la automotivación: “el que no esté motivado, no puede estar en la Real”.
              Y continuaba la entrevista: “ no concibe que un futbolista no lo dé todo en un partido oficial, aunque no esté en juego un puesto europeo o la posibilidad de bajar”; son dos refuerzos extrínsecos que debilitan la motivación autodeterminada y, cuando lo habitual es pensar en el resultado del equipo, se anula la automotivación.
              La automotivación se activa con reforzadores internos y se desactiva con los externos. Entre los primeros se destaca  la competencia percibida, el aumento del conocimiento para desarrollar el potencial al máximo y la aprobación social. Entre los segundo el resultado, el puesto en la clasificación, el dinero y la fama, que tienen alto refuerzo motivacional extrínseco, pero debilitan la automotivación. Es un buen ejemplo que sirve para explicar los altibajos en la motivación de los jugadores.