lunes, 15 de marzo de 2010

se busca entrenador de penaltis

Así comenzaba el encabezamiento de un artículo de opinión, publicado en el diario El País (14/03/2010), relacionado con la falta de eficiencia de los jugadores del Atlhetic de Bilbao en el lanzamiento de penaltis, ya que de 12 lanzados sólo han podido transformar en gol en 7 ocasiones. Además, recordaba la existencia de entrenadores, médicos, preparadores físicos, técnicos, analizadores tecnológicos y psicólogos entre otros, pero no preparadores de este tipo de lanzamientos.

También señalaba que en la ejecución de esos lanzamientos faltaba: “temple, determinación, seguridad y ambición”, (volvemos a mencionar capacidades psicológicas) y concretamente que, en el club mencionado, no se quería asumir la responsabilidad y se discutía para no lanzarlos.

¿Qué se puede decir? Pues que aunque haya muchos técnicos dedicados a trabajar en el entrenamiento y la competición, y entre ellos algún psicólogo, no existe en ningún club de los más importantes de la primera división, un programa de formación integral, orientado al dearrollo de las capacidades de rendimiento y a la optimización del potencial de los jugadores, relacionados con la excelencia en el deporte.

Es un aspecto evidenciado con la visita realizada a dichos clubs, a lo largo este año, para conocer los modelos de formación y los sistemas de entrenamiento utilizados en los mismos. Por lo tanto, psicólogo no es sinónimo de modelo integral de excelencia y cantidad de técnicos no supone “per se” calidad de entrenamiento y optimización de recursos. Además, ¿cuanto tiempo dedican los jugadores a mejorar su nivel de lanzamiento de penaltis?. Y ¿cómo lo hacen? Sería interesante conocerlo, para realizar un diagóstico acertado de la cuestión.

domingo, 14 de marzo de 2010

los futbolistas lo que necesitan es un buen papá

Me ha llamado la atención leer un artículo de opinión (J. Carlin), publicado en diario El País (14/03/2010), en el que se vertían opiniones semejantes al encabezamiento de esta entrada. Y continuaba: “Un papá que respeten de forma automática, como en una relación biológica en la que se sepa cuando animarles, cuando regañarles, cuando defenderles, darles cariño o castigarles”.

Así se pretendia explicar la falta de entrega, la pérdida de entusiasmo y de confianza, así como la ausencia de coraje y pasión por los colores. También se señalaba que un “buen papá” transforma la presión de los jugadores en energía positiva.

Aunque se necesita algo más de espacio que este blog para explicar todo esto, no deja de sorprenderme la falta de rigor en esta reflexión, porque los déficits que se señalan son fruto del escaso o nulo tiempo que se dedica a mejorar estas capacidades psicologicas, que siempre se mencionan cuando los resultados no acompañan, pero que nunca se trabaja en su mejora. Hablamos de compromiso, motivación, confianza, asertividad y gestión de la presión, entre otras.

Y mientras se considere que carecen de importancia para incorporarlas en los planes de preparación, dedicándoles una parte del entrenamiento para su mejora, se seguirá pensando que la solución a estas cuestiones se encuentra fuera de la responsabilidad del propio jugador, como en este caso en el que se menciona la “necesidad de un buen papá”, o que la optimización de las mismas se encuentra fuera de su control.