sábado, 26 de julio de 2014

el lema de la ansiedad: ganar, ganar y ganar

       Volvemos a ver esta expresión generadora de ansiedad como título de un artículo publicado en el diario El País (25/07/14), relacionado con el equipo femenino español de waterpolo, al disputar la semifinal frente a Hungría, durante  la fase final del Cto. de Europa en Isla Margarita.
       Es evidente que, cuando participas en una competición, todos los deportistas salen a ganar, pero ese no es el asunto principal, sino lo que tienes que hacer para alcanzar la victoria. Ganar esta fuera del control del deportista, genera incertidumbre, y cuando estas centrado en ello aparece la preocupación, el temor y la ansiedad porque, por mucho que insistías mentalmente y te concentres en querer ganar no te aportará nada de lo que necesitas para tener una eficiente actuación.
       Sin embargo, si te centras en lo que tienes que hacer para ganar, imaginas situaciones, anticipas soluciones, repasas mentalmente las tareas entrenadas  o ejercitas mentalmente tu plan de competición, estarás más cerca de rendir al máximo nivel y dar lo mejor de ti mismo. Esto depende del deportista, esta bajó su control y le aumenta las posibilidades de alcanzar la victoria.
        Es un asunto que he comentado con otros colegas y entrenadores, el hecho de estar pensando en ganar durante 3-4 horas antes de la competición, tiene el mismo efecto que 3-4 segundos. Sin embargo, centrarse en lo que hay que hacer y ocupar la mente con  esas tareas 3-4 horas, será muy diferente y mucho más positivo que los 3-4 segundos señalados. Cuando se utilizan pensamientos que se encuentran vinculados a contingencias externas, la ansiedad se dispara, lo que provoca un descenso de la motivación  y  se convierte en una dificultad más para alcanzar el máximo rendimiento. Este es un claro ejemplo de ello.

lunes, 21 de julio de 2014

quiero ser el mejor jugador que pueda ser

        Son las declaraciones realizadas por el reciente ganador del Open Británico, el norirlandés Rory Mcllroy, una vez finalizado el torneo y mientras esperaba el premio por su victoria, según el artículo publicado por el diario El País (21/07/14).
         Y continuaba, he recuperado la pasión por el golf: es en lo primero que pienso cuando me levanto y lo último cuando me acuesto. Con este triunfo, se ha convertido en el tercer golfista más joven de la historia en conseguir tres de los cuatro torneos del Gran Slam; los otros dos jugadores son el legendario Jack Nicklaus y el extraordinario Tiger Woods; ahora  sólo le queda por ganar el master de Augusta.
        Es un excelente ejemplo de disposición motivacional personal centrada en la tarea y autorreferenciada, en donde lo más importante es alcanzar  la  máxima mejora posible. Es decir, primero busca ser lo mejor que pueda ser para, luego, medirse  con los demás y superarlos  a ser posible en las competiciones de la máxima  relevancia.  

miércoles, 9 de julio de 2014

todo lo que hacemos con los pies, lo hemos de hacer antes con la cabeza.

             Es una de las opiniones más célebres del  futbolista recientemente fallecido, A. Di Stéfano, extraordinario  jugador y, posiblemente, el mejor del siglo XX, pero quizás un poco oscurecido por las hazañas de sus sucesores: Maradona y Messi ( El País, 8/07/14). Ingenioso en el campo y en la vida, estudiaba con detalles los partidos y, cuando se le ponía algo en la cabeza, lo llevaba hasta la última consecuencia.
        En todos los comentarios realizados para recordarle en el duelo y en el reconocimiento, se señalaba  la transcendencia de este jugador para el futbol moderno. Siempre fue futbolista, a cualquier hora y en cualquier lugar, capaz de todo e incapaz de nada, con una visión panorámica excepcional. Revolucionó el futbol y fue el primer modelo de futbolista total.
           En palabras de Maradona, “con su llegada la pelota se llevó un alivio y el futbol comenzó a soñar e imaginar. Siempre comentaba “que se hizo sólo con el coraje, la confianza, el entusiasmo y el cariño que recibió de sus viejos”. Un futbolista  adelantado a su tiempo, en relación a la importancia del entrenamiento mental para optimizar sus capacidades. Desde aquí queremos sumarnos al reconocimiento y a la tristeza por  la pérdida de un deportista y una persona excepcional.

martes, 8 de julio de 2014

sin la imparcialidad divina, el equipo del Vaticano campeón.

Es lo que se deduce después de leer el artículo firmado por el periodista C. Toro. columnista y cronista del diario El Mundo (7/07/14), en el que señalaba: “Dios es futbolísticamente neutral, no le queda más remedio. Ni siquiera él puede atender las peticiones simultáneas del lanzador del penalti y del portero, quienes le ruegan soluciones opuestas y, por lo tanto, incompatibles.
Y continuaba, “la visión de los jugadores rezando o santiguándose excede  de lo absurdo para entrar en lo ridículo. o al revés, da lo mismo. El orden de los factores no altera el producto. Según sus palabras, Thiago Silva, en la tanda de penaltis contra Chile en octavos de final, «rezaba por fe y no por superstición». Es decir,. la superstición propia es siempre fe; y la fe ajena, superstición. Hulk está seguro de que Dios curará pronto a Neymar, pero no se pregunta por qué lo ha lesionado previamente. Los designios del Señor son misteriosos.
Pero Dios, sí, es imparcial. Si no lo fuese, la joven y celestial selección del Vaticano sería la campeona. Si  no fuese neutral, habría que apostar esta vez por Argentina, a la que una vez prestó su mano a través de un pícaro interpuesto ,y que ha puesto a un hijo propio en la silla de Pedro. Pero Dios ni siquiera hace caso al Papa Francisco, que se harta de rezar por la paz y la justicia en el mundo, con los resultados conocidos. En realidad, Dios parece neutral en el fútbol y en todo; quizás por desinterés, quizás por hastío, quizás por pereza, quizás por sordera, quizás por impotencia. Tal vez, en un sentido teológicamente negativo, habría que apoyarse en ese silencio, en esa invisibilidad, en esa inoperancia para sostener la idea de su inexistencia. Es más fácil y comprensible justificar a un Dios ausente que a un Dios pasivo.

el tiovivo de las emociones

          La mente también juega, es la otra cara del torneo, aquella que vulnera el blindaje sentimental de los jugadores. Es el comentario final de un artículo publicado en el diario El País (4/07/14), relacionado con el entrenamiento mental, al que se recurre cuando las cosas no van bien o los deportistas bajan su nivel de rendimiento. Y continua, " la mente del futbolista, como la de todo individuo, esconde un pequeño reducto permeable al nerviosismo, a la tensión y a la ansiedad; tres factores que se manifiestan con mayor agudeza en aquellas situaciones dotadas de un componente emocional elevado. En ocasiones, ante una circunstancia límite, el jugador también se derrumba".
          En el Mundial de Brasil, más allá de la pelota, millones de espectadores están siendo testigos de un espectáculo humano: Ahí están las lágrimas de Neymar, un chico de 22 años que soporta el peso de la sexta potencia del planeta en la espalda, los vómitos recurrentes de Messi o el llanto del veterano Julio César durante la tanda de penaltis frente a Chile. La cuestión es si, para afrontar estas situaciones  de altísimo significado personal y máxima exigencia personal, en la preparación de los equipos existe un tiempo dedicado al mismo y cual es su porcentaje con respecto a los demás aspectos, técnico-tácticos, condicionales y biomédicos.
          Cuando el deportista se centra en ganar o perder, en factores exógenos frente a endógenos, sumado a la falta de una preparación mental adecuada, es cuando el miedo campea a sus anchas por la mente del jugador, obstaculizando y entorpeciendo las accione  eficientes que necesita en esos momentos. Naturalmente que existen estrategia mentales para generar "el cóctel de la felicidad" (entrada anterior), es decir, adrenalina, noradrenalina, serotonina, dopamina y cortisol pero, para eso, es fundamental entrenar y desarrollar las capacidades mentales, sobre todo las funciones ejecutivas.

          El entrenador Benito Floro, expreparador del Real Madrid y uno de los precursores de la adaptación de la psicología a la metodología deportiva en España, explica nítidamente la cuestion:  “No le debes pedir nada más allá de lo que puede hacer porque si no le deprimes o le ahogas. Si su mente está bloqueada, ejecuta mal. Eso es lo que está ocurriendo. Brasil, por ejemplo, tiene prohibido perder. La presión nace en el ambiente y la explicación es el miedo.  Había unos listillos que hace unos años se reían y se pensaban que esa labor se reducía a sentar al futbolista en un diván y hacerle un psicoanálisis, pero no es así”. Desgraciadamente, todavía siguen existiendo este tipo de listillos o listillas que se siguen riendo de esto, incluso con alguna de ellas me he topado últimamente, pero en realidad lo que ocurre es que se están riendo de sus carencias y su propia ignorancia.

jueves, 3 de julio de 2014

cuando la ansiedad y la presión ocupan el primer plano del rendimiento de los futbolistas

          En varios artículos publicados en los diarios El País y El Mundo (2/07/14), abordan como temas principales la ansiedad y la presión. Utilizaremos comentarios y opiniones que aparecen en los mismos, para constatar, una vez más, que no se ha abordado esta cuestión en la preparación de los futbolistas para el Cto del Mundo, por parte de sus responsables.
          El guardameta suplente Víctor, de la selección brasileña, le entregó un crucifijo al portero titular Julio César, poco antes de la tanda de penaltis y que este, después de besarlo, lo dejo bajo el poste que repelió el último lanzamiento de Chile. Si esto funcionara, me gustaría saber que pensarían los jugadores creyentes de Chile sobre Jesucristo, o que injusto sería que El hubiera decidido la eliminación de Chile. Y continuaba, ese día sabía que íbamos a tener muchas dificultades, pero nadie esperaba que el partido llegara a esa situación, pero cuando llegó le di el crucifijo.
          El hecho de no preveer esa situación sí que dispara los niveles de ansiedad del jugador, que al no haberla previsto, se encuentra sin recursos para afrontarla con determinación. Los penaltis con los que el equipo de Brasil se jugó la clasificación en octavos de final, dejaron varias escenas preocupantes. Algún  jugador se negó lanzar y se puso a rezar, otros lloraban al borde del abismo, presionados por la imperiosa necesidad de ganar.
           El director de cine, S. Jamison, se preguntaba sobre lo que mueve a un deportista a salir en el segundo tiempo, después de haber encajado 16 goles. Uno de los jugadores se lo explicó con nitidez: "hay que valorar las pequeñas cosas de la vida". En numerosas entradas hemos  abordado este tema, que resulta ser muy recurrente, en la última se explicaba  que  "ganar, ganar, ganar sólo vale ganar transformaba la satisfacción por jugar en ansiedad al disputar".  Se asume que la gestión de la presión y la regulación emocional son muy importantes, pero poco o nada se dedica tiempo en el entrenamiento para mejorarlo.  Es más, incluso se desconocen los elementos que funcionan a modo de estabilizadores (entrada anterior), tanto de la ansiedad como de la presión, que pueden desarrollar los jugadores durante la  fase de preparación.