martes, 8 de julio de 2014

el tiovivo de las emociones

          La mente también juega, es la otra cara del torneo, aquella que vulnera el blindaje sentimental de los jugadores. Es el comentario final de un artículo publicado en el diario El País (4/07/14), relacionado con el entrenamiento mental, al que se recurre cuando las cosas no van bien o los deportistas bajan su nivel de rendimiento. Y continua, " la mente del futbolista, como la de todo individuo, esconde un pequeño reducto permeable al nerviosismo, a la tensión y a la ansiedad; tres factores que se manifiestan con mayor agudeza en aquellas situaciones dotadas de un componente emocional elevado. En ocasiones, ante una circunstancia límite, el jugador también se derrumba".
          En el Mundial de Brasil, más allá de la pelota, millones de espectadores están siendo testigos de un espectáculo humano: Ahí están las lágrimas de Neymar, un chico de 22 años que soporta el peso de la sexta potencia del planeta en la espalda, los vómitos recurrentes de Messi o el llanto del veterano Julio César durante la tanda de penaltis frente a Chile. La cuestión es si, para afrontar estas situaciones  de altísimo significado personal y máxima exigencia personal, en la preparación de los equipos existe un tiempo dedicado al mismo y cual es su porcentaje con respecto a los demás aspectos, técnico-tácticos, condicionales y biomédicos.
          Cuando el deportista se centra en ganar o perder, en factores exógenos frente a endógenos, sumado a la falta de una preparación mental adecuada, es cuando el miedo campea a sus anchas por la mente del jugador, obstaculizando y entorpeciendo las accione  eficientes que necesita en esos momentos. Naturalmente que existen estrategia mentales para generar "el cóctel de la felicidad" (entrada anterior), es decir, adrenalina, noradrenalina, serotonina, dopamina y cortisol pero, para eso, es fundamental entrenar y desarrollar las capacidades mentales, sobre todo las funciones ejecutivas.

          El entrenador Benito Floro, expreparador del Real Madrid y uno de los precursores de la adaptación de la psicología a la metodología deportiva en España, explica nítidamente la cuestion:  “No le debes pedir nada más allá de lo que puede hacer porque si no le deprimes o le ahogas. Si su mente está bloqueada, ejecuta mal. Eso es lo que está ocurriendo. Brasil, por ejemplo, tiene prohibido perder. La presión nace en el ambiente y la explicación es el miedo.  Había unos listillos que hace unos años se reían y se pensaban que esa labor se reducía a sentar al futbolista en un diván y hacerle un psicoanálisis, pero no es así”. Desgraciadamente, todavía siguen existiendo este tipo de listillos o listillas que se siguen riendo de esto, incluso con alguna de ellas me he topado últimamente, pero en realidad lo que ocurre es que se están riendo de sus carencias y su propia ignorancia.