jueves, 3 de julio de 2014

cuando la ansiedad y la presión ocupan el primer plano del rendimiento de los futbolistas

          En varios artículos publicados en los diarios El País y El Mundo (2/07/14), abordan como temas principales la ansiedad y la presión. Utilizaremos comentarios y opiniones que aparecen en los mismos, para constatar, una vez más, que no se ha abordado esta cuestión en la preparación de los futbolistas para el Cto del Mundo, por parte de sus responsables.
          El guardameta suplente Víctor, de la selección brasileña, le entregó un crucifijo al portero titular Julio César, poco antes de la tanda de penaltis y que este, después de besarlo, lo dejo bajo el poste que repelió el último lanzamiento de Chile. Si esto funcionara, me gustaría saber que pensarían los jugadores creyentes de Chile sobre Jesucristo, o que injusto sería que El hubiera decidido la eliminación de Chile. Y continuaba, ese día sabía que íbamos a tener muchas dificultades, pero nadie esperaba que el partido llegara a esa situación, pero cuando llegó le di el crucifijo.
          El hecho de no preveer esa situación sí que dispara los niveles de ansiedad del jugador, que al no haberla previsto, se encuentra sin recursos para afrontarla con determinación. Los penaltis con los que el equipo de Brasil se jugó la clasificación en octavos de final, dejaron varias escenas preocupantes. Algún  jugador se negó lanzar y se puso a rezar, otros lloraban al borde del abismo, presionados por la imperiosa necesidad de ganar.
           El director de cine, S. Jamison, se preguntaba sobre lo que mueve a un deportista a salir en el segundo tiempo, después de haber encajado 16 goles. Uno de los jugadores se lo explicó con nitidez: "hay que valorar las pequeñas cosas de la vida". En numerosas entradas hemos  abordado este tema, que resulta ser muy recurrente, en la última se explicaba  que  "ganar, ganar, ganar sólo vale ganar transformaba la satisfacción por jugar en ansiedad al disputar".  Se asume que la gestión de la presión y la regulación emocional son muy importantes, pero poco o nada se dedica tiempo en el entrenamiento para mejorarlo.  Es más, incluso se desconocen los elementos que funcionan a modo de estabilizadores (entrada anterior), tanto de la ansiedad como de la presión, que pueden desarrollar los jugadores durante la  fase de preparación.