viernes, 24 de abril de 2020

no se puede cambiar sin cambiar la forma de pensar

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          Interesante idea del eminente físico alemán A. Einstein (1879-1955), Premio Nobel de Física en 1921, que nos ayuda reflexionar y a orientar nuestros esfuerzos cuando queremos cambiar nuestros comportamientos para ser mejores cada dia.
          En la entrada anterior, hablábamos de la importancia que tiene la actitud para poder cambiar y esto refuerza esa idea. Pero para poder cambiar la forma de pensar debemos saber e identificar aquella que sea más adecuada a mis propósitos y al funcionamiento mental. Y este conocimiento se basa en seleccionar de las experiencias  pasadas aquello que me ha funcionado  y añadir el saber que el conocimiento científico actual me proporciona sobre ello.
    A partir de esto, se hace imprescindible generar una estrategia personal, en base al sistema de autorregulación, para entrenarla periódicamente. A través del principio de repetición y del de disponibilidad conseguiremos que, a la hora de tomar una decisión rápida, surja en nuestra mente el pensamiento más adecuado que nos dirija al comportamiento deseado.    

miércoles, 22 de abril de 2020

“nada cambia a no ser que tu lo cambies”.

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      Me llamó la atención esta frase, mientras veía una película tranquilamente, que le comenta un protagonista a otro en un momento determinado de la conversación que mantenían, y me pareció muy adecuada para comentarla con deportistas a los que les cuesta cambiar los pensamientos o sus hábitos para la competición.
       He constatado con algunos de los deportistas con los que trabajo que tienen verdaderas dificultades para cambiar los pensamientos, sobre todo los autorreferentes, aunque hayamos generado alguna miniestrategia para ello. En el momento de afrontar la competición recuperan pensamientos de experiencias pasadas que no les ayudan, utilizando los que le aporta su experiencia hasta ese momento y dejando a un lado la estrategia deliberadamente construida  para resolver ese error mental y poder alcanzar el rendimiento deseado.
         Pero, para que eso funcione, son necesarios dos principios: a) Que la estrategia planteada se base en evidencias empíricas, es decir, en conocimiento aplicado sobre el funcionamiento de lo que se quiera cambiar; b) Que en el entrenamiento mental utilice el principio de repetición, como un mantra, relacionado con los pensamientos y tareas de la estrategia planteada, porque esto refuerza el principio de disponibilidad a la hora de tomar las decisiones adecuadas. Sin ello, el cambio será muy difícil (se necesitarán muchos más años de experiencia) o imposible.