lunes, 28 de septiembre de 2009

el plan integral de competición (PIC)

Se supone que un plan de actuación anticipa las posibles situaciones que puedan presentarse durante la competición y la manera de resolverlas, facilita la toma de decisiones rápidas, casi instantáneas en aquellas situaciones que sean semejantes a las previstas en el plan, y permite liberar una parte de la energía atencional para usarla en beneficio de una alta concentración concurrente durante la competición.

Además dicho plan, al constituir supuestos de anticipación y permitir una autovaloración de la propia actuación postcompetición, refuerza el sistema de autorregulación (Bandura 1986) y la capacidad autodirigida del propio deportista.

Pienso que el hecho de disponer de un plan de afrontamiento para la competición, al reducir el nivel de incertidumbre, influirá positivamente en la respuesta emocional y en la autoeficacia del deportista y esto, a su vez, ayudará a realizar valoraciones integrales más positivas de su propia actuación.

El plan integral de competición proporcionado a los deportistas, basado en el programa de intervención orientado a cuidadores de enfermos que desarrollan el profesor Lazarus y la profesora Folkman, en el hospital de Berkeley, Folkman (1999), consta de cuatro apartados.

El primer apartado se refiere al plan de acción, en el cual se establece el plan de juego con rutinas de aproximación, la táctica, el apoyo ergogénico y determinadas estrategias para los periodos transicionales, que nos permitan mantener el control sobre el “arousal” y la concentración.

El segundo apartado consta de una reevaluación situacional constituida por, la valoración, la aceptación y la racionalización emocional que suscita la competición, y el análisis contextual, con el que se verifica si el modelo táctico seleccionado se ajusta a las necesidades del presente.

En el tercer apartado, a través de un discurso positivo, se intenta mantener el nivel y la estabilidad de la autoeficacia percibida.

Por último, el cuarto apartado, se contemplan estabilizadores personales relacionados con los valores y las creencias de diferente índole, religiosas, familiares, sucesos significativos, los gustos y situaciones agradables, así como miniestrategias específicas asociadas al grado de tolerancia al estrés del deportista.



sábado, 26 de septiembre de 2009

confianza líquida

Es un término que me gusta utilizar al referirme a la inestabilidad que presenta la confianza de los deportistas en determinados momentos de la competición. Concretamente me refiero a los cambios que se producen en ella como consecuencia de la influencia de elementos del contexto que la hacen fluctuante, como por ejemplo, la dificultad estimada. Cada vez que la dificultad estimada por los deportistas frente a una situación, u otros elementos exógenos semejantes, generen cambios en el grado de confianza se puede hablar de confianza líquida.



Es una reflexión derivada de las conversaciones mantenidas con mi colaborador y amigo, Juan Aldaz, relacionada con los hábitos de práctica deportiva. Y aunque se utilice el mismo constructo, el significado en el contexto sociológico es diferente a lo que representa en el ámbito psicológico relacionado con la confianza, ya que en el primer caso es adaptativo y en el segundo desadaptativo.



miércoles, 23 de septiembre de 2009

la rotación como preparación psicológica

Curiosa estrategia para mejorar el funcionamiento mental, que según las declaraciones aparecidas en el diario El Pais (23/09/09), atribuida a los fisiólogos y referidas al Real Madrid y a su entrenador M. Pellegrini. “Saber que vas a jugar te ayuda a estar físicamente bien. Si los jugadores no están motivados no se entrenan bien”.



Es interesante porque se aprecia que se producen dos errores no conscientes como son: el confundir la motivación con el estado de ánimo y el hecho de establecer contingencias externas al nivel de motivación de los deportistas. El hecho de introducir rotaciones puede generar beneficios fisiológicos “per se”, pero no psicológicos.



Es evidente que todos los jugadores de un equipo quieren jugar y si lo hacen estarán anímicamente más contentos, pero deberían tener construida una estrategia mental para no asociarlo a la motivación ya que, en el alto rendimiento, conviene que ésta se vincule a contingencias internas y, salir a jugar, no depende de los jugadores. Porque ¿Y en el caso de los que no rotan? Si funcionan de esa manera flaco favor le harán al equipo. El hecho de rotar es positivo, pero establecer esas asociaciones psicológicas son una autotrampa que deteriora el potencial competitivo de un equipo.