sábado, 19 de diciembre de 2009

satisfacción de una semana o la efímera consistencia competitiva

A veces ocurre que, sin darnos cuenta, vinculamos aspectos determinanos por una serie de capacidades que dependen de uno mismo a elementos externos. Es el caso de las declaraciones aparecidas en el Diario Vasco (19/12/09), atribuidas al entrenador de la Real Sociedad, Martín Lasarte, en vísperas de disputar su partido contra el R.C. Betis, en las que señalaba que “en futbol, la satisfacción dura una semana”.

Cuando esto ocurre, se hace difícil conseguir un rendimiento estable y consistente a lo largo del tiempo. El resultado es un hecho efímero vinculado a contingencias externas y, si cometemos el error de asociar los diferentes parámetros de rendimiento al mismo, estaremos alejándonos de poder mantener unos niveles de rendimiento óptimos durante las competiciones en las que participemos.

En todos los deportes, individuales o colectivos, todo lo que se vincule al resultado se convierte en un hecho efímero, y se aleja del rendimiento óptimo. Los atributos de la excelencia deportiva, se encuentran asociados a aspectos endógenos a medio y largo plazo, como son el compromiso y la persistencia, la cultura de esfuerzo, la alta competencia, la innovación, la autonomía percibida y los retos ambiciosos. Cuando se comete el error de cambiar la vinculación de aspectos endógenos a elementos exógenos estamos frente una autotrampaque, en este caso, dificultará la posibilidad de mantener un rendimiento consistente y estable durante la competición.

domingo, 13 de diciembre de 2009

que haría si ocurriera… o la manera de generar estrategias de afrontamiento

A veces los deportistas no saben lo que hacer ante situaciones de máxima exigencia competitiva y, en la mayoría de ellas, se preocupan por cosas que no les van ayudar a rendir a su nivel. Quieren desarrollar sus capacidades pero no saben como, sobre todo las psicológicas, que casi siempre se dejan en manos de la improvisación, del azar, o del viento cuando sopla favorable, sin darle un tratamiento específico.

Una adecuada manera es ésta, la de jugar al qué haría si.., generando una forma de pensar, un autodiálogo y unas tareas a realizar en cada caso, es decir, una miniestrategia específica y personal de afrontamiento. Por ejemplo, que haría si…las cosas se me van torciendo y no suceden com las espero; o si cometo u error y nos meten un gol por mi culpa; o si empiezo a jugar mal y mi confianza se resiente; o si me encuentro un poco nervioso, intranquilo, incómodo; o si las sensaciones durante mi actuación no son buenas.

Son numerosas las posibles situaciones que existen, mucha más que el número de experiencias que conocemos a través de los relatos de los deportistas más relevantes. Sin embargo, inicialmente, podemos apoyarnos en ellas y plantearnos cosas que a otros deportistas ya les ha servido anteriormente para optimizar sus capaciades. Si a eso le añadimos aportaciones personales, estaremos en condiciones de responder óptimamente frente a cualquier impevisto o complicación que surja durante la competición. Es una excelente manera que se encuentra al lacance de todos los deportistas para contribuir a su propia mejora en el camino de la excelencia, pero que también requieren esfuerzo perseverancia y trabajo diario.

jueves, 3 de diciembre de 2009

como no sabia que era imposible, lo hice

Es la frase preferida de mi amigo y colega L. M. Ruiz, referida al pensamiento de A. Einstein y su teoría de la relatividad, que le gusta mucho recordar y comentársela a sus colaboradores. Tiene una especial importancia en el contexto deportivo, relacionada con el establecimiento de objetivos ambiciosos, que muchas veces los deportistas los ven como inalcanzables y, al dejar de perseguirlos, confirman la imposibilidad de conseguirlos.

También guarda una estrecha relación con la autoconfianza, en la medida que nos sugiere que disponemos de una capacidad que nos permitirá alcanzar la meta que nos propongamos, y que sólo hay que iniciar el camino en la dirección adecuada. Lo demás es cuestión de esfuerzo, motivación y perseverancia.

Asimismo nos señala que el hecho de no ponerse limitaciones a la propia capacidad y visualizar un horizonte ilimitado, permite alcanzar logros insospechados, inesperados, sorprendentes y de máxima potencialidad. Es una actitud que se puede poseer y desarrollar en el alto rendimiento y en la vida en general, que posibilitará acometer retos ambiciosos y alcanzar logros excepcionales.