A veces los deportistas no saben lo que hacer ante situaciones de máxima exigencia competitiva y, en la mayoría de ellas, se preocupan por cosas que no les van ayudar a rendir a su nivel. Quieren desarrollar sus capacidades pero no saben como, sobre todo las psicológicas, que casi siempre se dejan en manos de la improvisación, del azar, o del viento cuando sopla favorable, sin darle un tratamiento específico.
Una adecuada manera es ésta, la de jugar al qué haría si.., generando una forma de pensar, un autodiálogo y unas tareas a realizar en cada caso, es decir, una miniestrategia específica y personal de afrontamiento. Por ejemplo, que haría si…las cosas se me van torciendo y no suceden com las espero; o si cometo u error y nos meten un gol por mi culpa; o si empiezo a jugar mal y mi confianza se resiente; o si me encuentro un poco nervioso, intranquilo, incómodo; o si las sensaciones durante mi actuación no son buenas.
Son numerosas las posibles situaciones que existen, mucha más que el número de experiencias que conocemos a través de los relatos de los deportistas más relevantes. Sin embargo, inicialmente, podemos apoyarnos en ellas y plantearnos cosas que a otros deportistas ya les ha servido anteriormente para optimizar sus capaciades. Si a eso le añadimos aportaciones personales, estaremos en condiciones de responder óptimamente frente a cualquier impevisto o complicación que surja durante la competición. Es una excelente manera que se encuentra al lacance de todos los deportistas para contribuir a su propia mejora en el camino de la excelencia, pero que también requieren esfuerzo perseverancia y trabajo diario.
Una adecuada manera es ésta, la de jugar al qué haría si.., generando una forma de pensar, un autodiálogo y unas tareas a realizar en cada caso, es decir, una miniestrategia específica y personal de afrontamiento. Por ejemplo, que haría si…las cosas se me van torciendo y no suceden com las espero; o si cometo u error y nos meten un gol por mi culpa; o si empiezo a jugar mal y mi confianza se resiente; o si me encuentro un poco nervioso, intranquilo, incómodo; o si las sensaciones durante mi actuación no son buenas.
Son numerosas las posibles situaciones que existen, mucha más que el número de experiencias que conocemos a través de los relatos de los deportistas más relevantes. Sin embargo, inicialmente, podemos apoyarnos en ellas y plantearnos cosas que a otros deportistas ya les ha servido anteriormente para optimizar sus capaciades. Si a eso le añadimos aportaciones personales, estaremos en condiciones de responder óptimamente frente a cualquier impevisto o complicación que surja durante la competición. Es una excelente manera que se encuentra al lacance de todos los deportistas para contribuir a su propia mejora en el camino de la excelencia, pero que también requieren esfuerzo perseverancia y trabajo diario.