Es
una de las opiniones más célebres del
futbolista recientemente fallecido, A. Di Stéfano, extraordinario jugador y, posiblemente, el mejor del
siglo XX, pero quizás un poco oscurecido por las hazañas de sus sucesores:
Maradona y Messi ( El País, 8/07/14). Ingenioso en el campo y en la vida,
estudiaba con detalles los partidos y, cuando se le ponía algo en la cabeza, lo
llevaba hasta la última consecuencia.
En todos los
comentarios realizados para recordarle en el duelo y en el reconocimiento, se
señalaba la transcendencia de este
jugador para el futbol moderno. Siempre fue futbolista, a cualquier hora y en
cualquier lugar, capaz de todo e incapaz de nada, con una visión panorámica
excepcional. Revolucionó el futbol y fue el primer modelo de futbolista total.
En palabras de
Maradona, “con su llegada la pelota se llevó un alivio y el futbol comenzó a soñar
e imaginar. Siempre comentaba “que se hizo sólo con el coraje, la confianza, el
entusiasmo y el cariño que recibió de sus viejos”. Un futbolista adelantado a su tiempo, en relación a la
importancia del entrenamiento mental para optimizar sus capacidades. Desde aquí
queremos sumarnos al reconocimiento y a la tristeza por la pérdida de un deportista y una
persona excepcional.