lunes, 1 de octubre de 2007

el resultado de la competición y su influencia sobre la confianza

Continuamente escucho y leo en los medios de comunicación declaraciones de jugador@s y entrenado@s términos tales como “.. para tener confianza hay que ganar partidos, o la confianza  te la da el ganar partidos”.  Pues si pero no, porque la investigación científica en este tema señala que la influencia que tiene el resultado de la competición sobre la confianza, por sí sólo, es escasa, inestable y  efímera. Varias son las razones que lo explican.



Una de ellas se apoya en que el resultado de la competición es una consecuencia de procesos exógenos, en los que  la focalización del control se encuentra bajo elementos externos, mientras que la confianza  surge de procesos endógenos cuya focalización es interna y se encuentra bajo control del deportista.



Otro argumento de peso es que, durante la competición, la valoración que realiza el deportista de su comportamiento y de su manera de actuar, se basa en criterios de eficiencia personal y todo ello pertenece al mundo de los procesos internos.



También, desde un punto de vista de las relaciones con la  motivación, los deportistas necesitan en sus valoraciones sobre su comportamiento competitivo, satisfacer  su autonomía decisional y su competencia  percibida centrada en la maestría,  elementos que pertenecen al mundo de la motivación intrínseca, muy alejados del carácter extrínseco del resultado de la competición.



Por todo ello, es muy difícil de sostener, a estos niveles, que el resultado de una competición “per se”, genere una influencia positiva sobre la confianza, salvo la señalada un poco más arriba. Hay otros elementos pertenecientes a la propia competición, de mayor impacto, que  se deberían tener en cuenta para conseguir y mantener la confianza alta y estable.