En un artículo publicado en el diario El Mundo sobre
la evolución del inconsciente (explicado en las dos entradas anteriores),
firmado por el escritor J.A. Marina (25/06/14), se indica que el inconsciente
se adiestra mediante el entrenamiento: por ejemplo, aprender a conducir es
convertir en automáticos procedimientos que previamente tenemos que realizar
atentamente, conscientemente, es decir, estamos construyendo habilidades que
funcionaran de forma inconsciente, cuando la conciencia lo requiera.
Esto es lo que le permitía afirmar hace 40 años a Paul Rozin científico neoyorkino, profesor
de psicología de la Universidad de Pennsylvania, que el gran paso en la
evolución de la inteligencia fue la capacidad de llevar a la conciencia el
conocimiento ya presente en la mente humana, pero ubicado en la inconsciencia
cognitiva. Cada vez son más el número de operaciones importantes que podemos
hacer sin pensar en ellas.
El inconsciente neuronal es capaz de guardar conocimientos y
procedimientos para elaborarlos, captar otros nuevos y relacionarlos; según
la neurociencia cognitiva esto es lo que constituyen los "esquemas
generadores": por ejemplo, en el caso de un futbolista, mediante un largo
y exhaustivo entrenamiento, va adquiriendo esquemas musculares para realizar
diferentes acciones, controlar, conducir, golpear, driblar, etc; este conjunto
de esquemas de que dispone y su capacidad para poner en acción uno u otro de
forma eficiente, constituye el talento como jugador.
Es decir, su memoria muscular ha olvidado cada una de las veces que
realizo el movimiento, pero, gracias a ello, se ha configurado un esquema de
acción inconsciente y automático que actuara cuando la situación lo
requiera, a partir de un control decisional consciente. Cuando las rutinas automatizadas
alcanzan alto grado de complejidad, se hace necesario un mecanismo de alto
nivel que permita que las partes se comuniquen, que administre eficientemente
los recursos y que asigne el control. Nos encontramos ante una revolución de
nuestros conceptos de educación, de aprendizaje y de perfeccionamiento que
espero que sean bien aprovechados,
sobre todo en ámbitos de máxima exigencia personal.