Diría que hay una contradicción importante en esta asociación, ya que para ganar partidos hace falta tener buena mentalidad, a no ser que l@s contrari@s o l@s jueces te regalen el resultado.
Además, hay que concretar y personalizar la necesidad del supuesto cambio, no vaya a ser que esta demanda sea atendida por deportistas que poseen una excelente mentalidad, pero que al no ser reconocida, comiencen a introducir cambios que debiliten sus prestaciones competitivas.
Este hecho ya lo he visto anteriormente: l@s deportistas no saben diferenciar entre los puntos fuertes y débiles que optimizan su rendimiento y, como tampoco se les ayuda a identificarlos, comienzan a introducir cambios sin criterios de eficiencia, que les lleva en dirección contraria a la deseada.
Proponer un cambio de mentalidad sin dirigirlo, es caminar hacia la confusión y, para evitarla, será necesario introducir en los planes de entrenamiento un programa para el desarrollo de habilidades psicológicas.