Es un comentario del golfista español aparecido en El Mundo (10/04/09) que me ha llamado la atención. Parece que la fluctuación de la confianza la asocia al tipo de campo que juegue y esto, nos sirve para hacer dos reflexiones. La primera que la confianza no tiene por qué fluctuar y la segunda, que establece una asociación con elementos del entorno, de carácter externo.
Añade “no lo cojo con tantas ganas, no estoy cómodo, espero que sea diferente ya que he cambiado el calendario”. Esta medida le puede permitir llegar en mejor estado de forma, pero sería más apropiado hacer un trabajo psicológico específico, ya que tanto la confianza como la adversidad de los acontecimientos son aspectos mentales.
Seguramente si le van bien las cosas en los primeros hoyos, y eso es lo que le deseo, coja confianza y continúe así el segundo día. Lo que pasa es que para mejorar esta cualidad sólo sirve el trabajo específico que se realice asociado a aspectos endógenos, dada su maestría y “expertise” técnica y táctica, sobre todo en los momentos de presión del tercer y cuarto día. El hecho de pensar de esta manera complica mucho el trabajo para la construcción de una confianza sólida y estable, porque se acepta incondicionalmente que fluctúa cuando también puede ser permanente y consistente.