En un video sobre redes (09) YouToube, “Los siete pecados
de la memoria”, el científico D.
Schacter, neuropsicólogo y profesor de la universidad de Harvard, planteaban las conexiones entre el
pasado e imaginar el futuro, señalando que la memoria de trabajo explican el
pasado y conciben el futuro. Anteriormente hemos
indicado que es “la capacidad para mantener información en la mente, con el
objeto de completar una tarea, registrar y almacenar información o generar
objetivos. Se compone de múltiples memorias, siendo esencial para llevar a cabo
tareas simultáneas y rápidamente cambiantes, como puede ser el caso de las
situaciones de competición, o de seguir instrucciones complejas”.
Sin embargo, a veces
por omisión (olvido) y en otras ocasiones por comisión (acción), comete ciertos
errores que son necesarios señalar. En el primer caso son: a) Transitoriedad,
debido a que los recuerdos tienden a debilitarse a medida que pasa el tiempo; b) Distractibilidad, olvidamos
cuando no prestamos suficiente atención a las acciones que realizamos.
En el segundo caso
se intenta seleccionar la información, priorizando lo que interesa, lo
relevante. Y se pueden comenter otros dos errores: c) Atribución errónea, se recuerda algún aspecto del acontecimiento correctamente, pero la parte
importante, no el detalle, d) Sesgo retrospectivo, en cuyo caso los recuerdos
están distorsionados por creencias
y sensaciones actuales, que pensamos que han ocurrido: las creencias
distorsionan el pasado para reforzar lo que crees.
En
resumen cuando se compite es muy importante recordar detalles concretos, el
significado del sentido general de lo que ha pasado, la esencia, porque lo relevante de lo que ha ocurrido es lo que enriquece la memoria de
trabajo. Asimismo disponer de un feedback externo que verifique dichas
consecuencias evitará “creer que
se ha jugado un buen partido”, cuando en realidad el jugador no ha realizado ninguna de las acciones asignadas a su papel o a
su posición en el equipo.