Es una valoración realizada por el entrenador de la Real Sociedad de Fútbol en los medios de comunicación.(Diario Vasco 14-09-07. También señala que la presión es demasiado fuerte y los jugadores la notan en sus cabezas, les falta confianza y tienen miedo a fallar. Casi nada, pero lo que me llama la atención es que no menciona para nada la manera de realizar esta valoración, ni comenta la forma de trabajarlo para mejorar estas debilidades del equipo, si verdaderamente su estado mental se corresponde con dicha valoración, ya que dudo que sea uniforme en todo el equipo.
Ahora resulta que son los aspectos psicológicos lo que hace que el equipo no funcione, cuando es evidente que este entrenador ha cometido errores importantes en la gestión del talento del equipo, en la asignación de roles a los jugadores, en los planteamientos tácticos de los partidos y, según los expertos, en algunas cosas más. Pero el responsable de todo es el déficit detectado en las prestaciones psicológicas de los jugadores. Véase.
Y remata “el mejor psicólogo sería conseguir los tres puntos en las Palmas.” Pero ¿qué despropósito es este? Da la impresión que en cuestiones de rendimiento deportivo no tiene ni puñetera idea. Qué pensaríamos si, cuando una persona se fractura un hueso acude a la consulta del médico de cabecera y éste le dijera: ¿Qué necesitas un traumatólogo? El mejor traumatólogo sería tener el hueso sano. Así de absurdas son las opiniones de este entrenador recogidas en el artículo señalado.