Los deportistas con alta satisfacción se destacan por haber
conseguido autometas de gran valor
y significación, normalmente acompañadas de perseverancia y de gran implicación
personal. También varios psicólogos de la Universidad de Chicago, afirman que,
para alcanzar lo que ellos denominan el “estado de flujo” o “estado de
rendimiento óptimo”, es imprescindible sentirse bien consigo mismo y con lo que
hacemos, lo que genera un sentimiento de autosatisfacción, antesala de dicho
estadio.
El espíritu competitivo y la mejora continua, que es la base de la
motivación de logro, provienen de una disposición personal a esforzarse con el
objetivo de obtener alta satisfacción
en situaciones comparativas externas, es decir, con otros equipos.
Dentro del
modelo de “jugador de cantera”, este parámetro adquiere vital importancia por
varias razones. En primer lugar, se encuentra estrechamente relacionado con los
estados de rendimiento óptimo y con la excelencia deportiva. En segundo
lugar, el sentimiento de orgullo de pertenencia al club solamente se puede
alcanzar a través del sentimiento de satisfacción, como ya hemos señalado. En
tercer lugar y relacionado con el sistema de autorregulación, una de las
acciones más importantes que puede hacer el jugador para contribuir al éxito
del equipo es el de “anticipar
satisfacción por el objetivo que
se quiere alcanzar antes de que ocurra”, es decir, que sean capaces de
tener esa sensación antes o durante la competición, sin esperar a que acabe el
partido para sentirse satisfecho ya que, una vez finalizado, nada se puede hacer por el objetivo
disputado.