La capacidad de manejar el mundo complejo a nuestro
alrededor, depende del aprendizaje y del recuerdo, es decir, reconocemos situaciones porque
establecemos registros de su parecido
y revivimos una parte de ellos en el momento oportuno, según señala en su libro
“Y el cerebro creó al hombre” A. Damasio (2012), científico y experto investigador
en el desarrollo cognitivo-emocional.
Para poder entender cómo ocurre todo ello, será necesario
utilizar aquel recuerdo “en cierta manera “ y situarlo en el futuro “en un
determinado lugar”; cuando esto sucede las decisiones rápidas serán más
eficientes. “Esta capacidad de imaginar acontecimientos posibles depende de
aprender y recordar, siendo el fundamento para razonar y navegar por el futuro,
o dicho de otra manera, para generar nuevas soluciones ante un problema futuro”.
Esto guarda una estrecha relación con las situaciones que
puedan aparecer en la competición, y con las soluciones eficientes que se puedan
manejar frente a las mismas, fruto del principio
asociativo. Pero esto no será suficiente si el deportista no lo entrena
mentalmente antes de salir a competir, porque su aparición en el momento
adecuado dependerá del principio de
disponibilidad, ambos fundamentales
para la toma de decisiones rápidas eficientes.