lunes, 13 de junio de 2016

imaginarte el futuro como te gustaría que sucedieran las cosas, te hace sentirte más fuerte y resolutivo cuando aparecen.

La capacidad de manejar el mundo complejo a nuestro alrededor, depende del aprendizaje y del recuerdo, es decir,  reconocemos situaciones porque establecemos  registros de su parecido y revivimos una parte de ellos en el momento oportuno, según señala en su libro “Y el cerebro creó al hombre” A. Damasio (2012), científico y experto investigador en el desarrollo cognitivo-emocional.  
Para poder entender cómo ocurre todo ello, será necesario utilizar aquel recuerdo “en cierta manera “ y situarlo en el futuro “en un determinado lugar”; cuando esto sucede las decisiones rápidas serán más eficientes. “Esta capacidad de imaginar acontecimientos posibles depende de aprender y recordar, siendo el fundamento para razonar y navegar por el futuro, o dicho de otra manera, para generar nuevas soluciones ante un problema futuro”. 

Esto guarda una estrecha relación con las situaciones que puedan aparecer en la competición, y con las soluciones eficientes que se puedan manejar frente a las mismas, fruto del principio asociativo. Pero esto no será suficiente si el deportista no lo entrena mentalmente antes de salir a competir, porque su aparición en el momento adecuado dependerá del principio de disponibilidad,  ambos fundamentales para la toma de decisiones rápidas eficientes.