La satisfacción
se puede definir como “un
sentimiento que genera una fuente de alegría, de placer, de gusto, o también
como la realización de una necesidad,
de una meta, de un deseo o de una pasión”. El hecho de sentirse
complacido con aquello que se realiza o se ha realizado, supone sentirse
satisfecho. Es un placer armónico y equilibrado que se produce en el interior del
deportista.
Frisch (1994)
asocia los términos de calidad de vida, bienestar psicológica y felicidad, con
la satisfacción y hace una aproximación cognitivo-afectiva a la hora de
definirlos. Desarrolla la teoría sobre la satisfacción vital, que hace
referencia a la evaluación subjetiva de una persona en relación al grado
mediante el cual ha conseguido sus metas o deseos, y ha satisfecho sus
necesidades. Cuanto más pequeña sea la discrepancia percibida entre las
aspiraciones y los logros de una persona, mayor será su satisfacción (Rosich,
Alsinet y Casa, 2004).
La satisfacción normativa se orienta hacia los demás, y se relaciona con la medida en que se agrada, se complace o se cumplen las expectativas que los demás tienen sobre nosotros, que es lo que genera el sentimiento de satisfacción. Es muy importante señalar que la satisfacción vital guarda una estrecha relación con la orientación motivacional personal, la motivación intrínseca y la competencia percibida de los deportistas.
La satisfacción normativa se orienta hacia los demás, y se relaciona con la medida en que se agrada, se complace o se cumplen las expectativas que los demás tienen sobre nosotros, que es lo que genera el sentimiento de satisfacción. Es muy importante señalar que la satisfacción vital guarda una estrecha relación con la orientación motivacional personal, la motivación intrínseca y la competencia percibida de los deportistas.