miércoles, 23 de marzo de 2016

responsabilidad proactiva versus responsabilidad retroactiva (I)

Es una reflexión generada a partir de la falta de consistencia que se suele producir  con demasiada frecuencia, tanto a nivel individual como colectivo, en situaciones de rendimiento o de alto rendimiento deportivo. La responsabilidad proactiva supone que el deportista hace todo lo que está en su mano para optimizar su potencial y para hacerlo cada vez mejor, lo que genera una serie de tareas previas a la competición ( con mayor intensidad 24-48 horas antes), que se inicia con la autosupervisión de la competición anterior y en las tareas que tendrá que hacer para la siguiente.
Por el contrario, la responsabilidad retroactiva centra su atención en lo que ha sucedido durante la competición y surge como una reacción al transcurso de la misma, centrándose en el pasado, sin orientación proyectiva: “Nos ha faltado intensidad, no hemos sabido contrarrestar el planteamiento del contrario, estamos en una racha negativa”, son algunas de las cuestiones que se escuchan.
Además hay otra gran diferencia entre ellas: en la proactiva no hay lugar para las lamentaciones, si se comenten errores se aprenden de ellos para que no vuelva a suceder y, una vez disputada la competición, la atención se dirige hacia la siguiente manteniendo constante el proceso de preparación para la misma. Sin embargo, en la retroactiva, se producen lamentaciones porque se podían haber hecho las cosas mejor, se dedica demasiada atención a los errores y no a la forma de evitarlos y el proceso de preparación para la siguiente competición es aleatoria, depende en gran parte  de factores externos.