viernes, 21 de agosto de 2009

he enseñado lo que se puede hacer con trabajo y dedicación

Importante declaración, por su implicación pedagógica, realizada por el velocista jamaicano Usain Bolt al diario El País (21/08/09), después de batir su propio record del mundo de la prueba de 200m. lisos, y dejarlo en un tiempo de 19”19.



Es la parte más significativa y trascendental, en la que deberían centrarse aquellos técnicos y profesionales que desarrollan su actividad profesional en el campo de la tecnificación hacia el alto rendimiento y priorizarlo frente al tan renombrado componente genético.



Trabajo y dedicación son dos aspectos sobre los que se puede ejercer el máximo control y hacer que se desarrollen de acuerdo a criterios científicos y eficientes, sin los que el bagaje genético de los deportistas talentosos dejaría de florecer y brillar como lo hace en el caso del velocista jamaicano.



Y añade: “He demostrado que mis records de Pekín no fueron una broma”. Esto refuerza la interpretación motivacional que maneja este deportista, señalada en la entrada de ayer sobre la presión, que se orienta hacia un modelo autodeterminado, porque manifiesta continuamente conceptos relacionados con la motivación intrínseca como son: la necesidad de mostrarse competente, la disposición personal hacia la tarea, la implicación en el esfuerzo, la diversión y la satisfacción, entre otros.