Estamos
acostumbrados a ver ejemplos en los que se dice que se trabaja la motivación a
través de frases ocurrentes que se
escriben en paredes de vestuarios
o en pasillos de las instalaciones
deportivas, buscando aumentar la motivación de los deportistas, cuando lo que
funciona en esos momentos debe de ser de origen interno; la incorporación de lo externo sólo enturbia la calidad de la motivación.
En el
diario Marca (1/10/14), durante la disputa de la Ryder Cup Europa- America, se
comenta un ejemplo de esto escribiendo frases en el vestuario: "seremos
una roca cuando llegue la tormenta" "cientos detrás de ti, miles a tu
alrededor, un millón detrás de ti" "los días mas felices de vuestras
vidas". Más bien parece marketing motivacional.
Sin
embargo, estas frases de ánimo o de apoyo, los eslogans motivadores, generan
poco impulso para la acción y, además, todo lo que venga del exterior genera un
impacto motivacional muy light frente a la fuerza de la motivación intrínseca. A
pesar de ello, se le atribuye una gran parte del éxito, porque se piensa que ha
tenido una gran influencia sobre el comportamiento de los deportistas, cuando
en ningún caso se ha demostrado: ni siquiera que aumentara el nivel de
motivación antes de salir a competir; por el contrario la motivación intrínseca, la autoeficacia y la autoconfianza son las tres variables motivacionales de mayor impacto que llevan
a los deportistas a sentirse altamente motivados en situaciones excepcionales.