martes, 7 de octubre de 2014

el bucle de la mejora en el alto rendimiento: entrenamiento-competición-entrenamiento

         Son dos cuestiones interesantes las que me interesan priorizar de la actuación de los deportistas en el alto rendimiento; por un lado, el resultado, y por otro, la actuación, es decir, el nivel de rendimiento, que es el que se encuentra vinculado a la mejora. El resultado depende, en gran parte, de variables de control externo; sin embargo, la actuación pertenece al mundo del control interno. Y es este segundo aspecto el que determinará la forma de abordar  el trabajo para la siguiente competición.
         Cómo es la transición del entrenamiento a la competición? Muchos técnicos y deportistas desconocen los mediadores que hay en esta transición, y que se pueden entrenar. Y, cómo transitan de la competición al entrenamiento?. También en este caso lo ignoran y, además, carecen de herramientas para realizar la valoración correspondiente, sin analizar ni diferenciar la eficiencia de las acciones realizadas. “Jugué un buen partido; ganamos, me sentí a gusto; podíamos haber ganado, pero el empate está muy bien; el partido fue duro pero al final ganamos”; son las típicas valoraciones, sin reflexionar  ni seleccionar   lo relevante de su actuación.
         El mediador entre el entrenamiento y la competición es el plan integral de competición (PIC), explicado en entradas anteriores. El mediador para la mejora entre la competición y el entrenamiento es la autosupervisión, es decir, la valoración POST competición, que se debe relacionar con el programa de mejora personal.
         La comparación entre lo que preparo en el entrenamiento, la manera de afrontar la competición, las tareas que me exigen en ella y  cómo respondo, son la base de la mejora. Pero una vez finalizada la competición se debe realizar una autosupervisión para  incorporar a la memoria de trabajo lo relevante y señalarle aquello que se quiera hacer mejor en la siguiente ocasión, para poder incorporarlo al plan de entrenamiento. Sin ella, no es posible mejorar a los niveles de exigencia que requiere el alto rendimiento.