sábado, 11 de octubre de 2014

optimismo y satisfacción acompañantes necesarios en el camino de la excelencia

          Leyendo un artículo en el Diario Vasco (07/10/14) en el que se entrevistaba al psiquiatra Luis Rojas Marcos, abordaban la importancia del optimismo y la satisfacción para poder adaptarse y evolucionar  ante situaciones adversas que la vida nos suele deparar en cualquier ámbito que nos situemos.
          Según este autor, el optimismo  lo definimos por “la percepción personal del futuro, presente y pasado”. En relación al futuro el aspecto más conocido es el de la esperanza, es decir, en la confianza en que las cosas venideras  serán favorables e irán a mejor; en cuanto al pasado, suele estar ligado más a recuerdos positivos y agradables que lo contrario. Y en cuanto al presente, dependerá a qué dediques tu atención y cómo expliques las cosas. Por  eso, desarrollar y cultivar la memoria de trabajo de acuerdo a estos aspectos tiene una importancia  capital en la evolución de la mejora. Hoy se sabe, por estudios realizados con gemelos, que al menos el 40% del optimismo se debe a los genes; sin embargo,  las experiencias de la vida determinarán hacia donde evoluciona, hacia el optimismo o hacia el pesimismo y, en esta evolución, la autoestima  es fundamental.

          Para llegar a ser optimista, primero hay que querer serlo, porque sin ese pensamiento no hay intentos; el siguiente paso es ver cómo se puede empezar a cambiar la forma de pensar, y esto no suele ser fácil, porque la tendencia de los pensamientos automáticos que se generan suelen ser negativos y, para cambiarlos, hay que escucharlos y darse cuenta de lo que está generando nuestro pensamiento.  Finalmente, el optimista se centrará en las tareas que le llevan a las soluciones  y que se encuentran bajo su control. Todo ello generará un sentimiento de satisfacción general que contribuirá a sentirse más a gusto consigo mismo y aumentará el autoconcepto, la autoestima y la autoeficacia, elementos imprescindibles para ser eficientes y alcanzar la excelencia.