viernes, 24 de octubre de 2014

debo mejorar para que me aplaudan: la antítesis de la excelencia.

Es el título de un artículo publicado en el diario Noticias de Gipuzkoa (24/10/14), en el que se comentaba las declaraciones de un futbolista de la Real Sociedad, S.A.D. Independientemente de su veracidad, viene bien tomarlo como ejemplo didáctico para los fines de este blog. La reacción del equipo no puede demorarse, el principio ha sido diferente de lo que esperábamos y de lo que nos hubiera gustado. Ahora lo que hay que hacer es trabajar, practicar la autocrítica, dar un poco mas,  mejorar y así seguro que se invertirán las cosas.
Las derrotas están dejando tocado al equipo: Cuando ganas, todo fluye, apenas se habla del partido y todo es más sencillo. Cuando llegan las derrotas, uno habla mas con sus compañeros, trata de analizar lo  que esta pasando, es más crítico con uno mismo y le da muchas vueltas. Eso es lo que  tenemos que hacer, ver lo que podemos aportar y, a partir de ahí, mejoraremos. Creo que estamos entrenando como se debe, pero eso no garantiza que lleguen los resultados.

A la vista de estos comentarios se pueden deducir claramente tres cuestiones: a) que su orientación motivaciónal personal se construye  desde lo externo (resultados y publico) frente a lo interno; b) que carecen de herramientas para realizar una adecuada y sistematizada autosupervisión (la diferencia de la autovaloración cuando se gana frente a cuando e pierde), importante función ejecutiva; c) que desconocen la importancia de la memoria de trabajo para planificar el siguiente partido (se centran mas en los errores que en  los aciertos), otra importante función ejecutiva. De todo ello se deduce que, en cuanto a las capacidades mentales orientadas al rendimiento, el entrenamiento deja mucho que desear. Desde aquí, desearles suerte para el próximo partido contra el Córdoba.