jueves, 7 de junio de 2012

lograr lo imposible no es posible, estar seguro de que todo se puede conseguir sí lo es.


       Es una buena manera de afrontar los acontecimientos, según la opinión de Jane E. Brody, ensayista del diario El Pías (7/06/12), que aborda la importancia del optimismo para hacer frente a las cosas de la vida. “Optimismo es creer que pueden ocurrir cosas buenas y que los acontecimientos negativos son reveses temporales a superar” ( Mayo Clinic, Scottsdale, Arizona).
       Se trata de una cuestión de motivación y de confianza, al contrario que la famosa ley de Murphy, “todo lo que puede ir mal saldrá mal”.  Lo importante es abordar las situaciones de frente, estableciendo un plan de acción centrado en las soluciones, porque en todas las situaciones se puede sacar algo bueno que sirva para mejorar.
       Es importante llegar al sentir desde el hacer. “Actua primero, luego llegarán los sentimientos y, si es necesario, fíngelo hasta que lo consigas”, como señala S. C. Segerstrom, catedrática de psicología de la Universidad de Kentucky, ya que se puede aprender a ser optimista actuando como si lo fueras, como si estuvieras en un simulador.
       Esto significa involucrarse con más intensidad y ser más persistentes cuando perseguimos nuestros objetivos, intentándolo de nuevo en vez de tirar la toalla ante un fracaso. Reservarse unos minutos al final del día para registrar 2-3 cosas positivas que hayan sucedido y sentir satisfacción por ello, o centrarse en las cosas que se pueden controlar y olvidarse de lo que no esté en tus manos, en las situaciones que  sucedan o vayan a suceder, son dos excelentes maneras de iniciarse en el camino del optimismo.