Interesante artículo publicado en el diario El
País (17/06/12) en relación a la ansiedad que, según el articulista, padece el
jugador de futbol C. Ronaldo, por estar obsesionado en ser mejor que el jugador argentino L. Messi.
Parece que el equipo va por un lado y él por otro,
porque a veces da la impresión de
aislarse de las celebraciones cuando sus compañeros de equipo marca goles: “Se encuentra obsesionado
y obcecado con esta comparación y eso le impide disfrutar del juego. Debería acudir a un psicólogo”. Y el
articulista continua comentando que lo que pasa es que, en la cultura latina
esto sigue despertando recelos, muchos jugadores lo entienden como una
debilidad.
Fruto de la obsesión por las victorias y por
los goles, generada por el síndrome de la madrasta de Blancanieves: “Espejito,
espejito, quién es mejor futbolista del mundo?”, el número de
desaciertos ha aumentado y su
nivel de rendimiento ha descendido.
Quizás no sea necesario acudir a un psicólogo para mejorar este aspecto, como
lo han hecho las selecciones nacionales de Alemania y Portugal, entre otras; pero sí será necesario desarrollar y reforzar un estilo
motivacional autodeterminado y orientado hacia la tarea, para que estos
desajustes competitivos pierdan su negativa influencia sobre su rendimiento.