En un artículo publicado en El Diario Vasco (29/06/12),
se comentaba las vicisitudes por las que ha pasado el joven jugador fichado por
el Athletic de Bilbao junto al delantero Aduriz. Es un buen ejemplo de lo que
ocurre a menudo a los jugadores de cantera más destacados y con mayor proyección.
El
joven jugador comentaba en el mismo:
“He apartado cosas que me hacian daño; por mi forma de jugar me centraba
demasiado en marcar goles, y si no
marcaba en cada partido, aunque el equipo ganara, me quedaba con muy mal sabor
de boca y lo pasaba mal durante toda la semana”. Estas actitudes le frenaron su
progresión y le dejaron fuera del club en el año 2010. Pero ahora eso ha
cambiado, ha aprendido a encarar los partidos y a valorarlos de una manera más
colectiva.
Es lo que suele ocurrir con algunos jugadores más
destacados de los clubes de cantera, que siempre juegan y normalmente destacan,
pero no son conscientes de aspectos futbolísticos que deberían cambiar. Aceptar
los errores te permite una segunda oportunidad, y el brillo que genera ser considerado una estrella demasiado
pronto, provova una ceguera que impide la mejora. En su dia le negaron la
opción del primer equipo porque no estaba preparado; ahora creen que sí, se siente
agradecido por ello y regresa por la
puerta grande al primer equipo. Se encuentra ante su segunda oportunidad para alcanzar su sueño; quizás sea la última y no necesite ninguna más.