Son las declaraciones de la esquiadora española, Carolina
Ruiz, después de ganar la prueba del descenso de la copa del mundo celebrado en
Méribel ( publicado en el diario El Mundo, 24/02/13). La corredora, según los comentaristas, bajaba como si se
deslizase sobre el aire, como si esquiara en sueños.
En el artículo, ella comentaba : “No tenía ni
idea de cómo iba la carrera, hasta que he llegado a meta. Me encontraba bien
durante todo el descenso”. Es un reflejo de que se encontraba en un “estado
flow”, es decir, de rendimiento óptimo.
Además, sus entrenadores señalaban que era una corredora que nunca dejó
de creer en sí misma.
También se constata que es importante llegar a la madurez
deportiva y eso requiere trabajar durante mucho tiempo aspectos
técnico-tácticos, psicológicos y
condicionales. “Al fin recojo el fruto de muchos años de esfuerzo (tiene 31
años); esta prueba requiere un puntito de locura y algo de inconsciencia y llevaba muchísimo tiempo buscando
esta victoria”.
Centrándonos en este último señalamiento, es evidente la
estrecha relación existente entre esa parte de inconsciencia mencionada con la manera de recordar los sueños, como una parte del trabajo de visualización y la toma de
decisiones rápidas en intuitivas durante la carrera. Es otro excelente ejemplo
en el que los sueños juegan un papel transcendental en la consecución de una meta excepcional.