miércoles, 9 de mayo de 2012

motivación extrínseca, ansiedad y juego espeso van de la mano


Como preludio a la final de la Copa de la UEFA 2012 entre el Atl. de Madrid y el Ath. de Bilbao, se comentaba en un artículo de opinión  en el diario El País, sobre la motivación que el entrenador del Ath., M. Bielsa, iba a utilizar con sus jugadore que, en todos los casos se relacionaban con la motivación extrínseca.
En las charlas individuales que ha hecho con los jugadores se ha centrado en que tienen que ganar la final por diferentes razones; entre otras, por Bilbao, por la afición y porque eso  les revalorizará en el futuro, sin mención alguna a refuerzos intrínsecos.
Habrá que observar como entra en el partido este equipo, si ese pretendido efecto motivador se traducirá en un juego intenso, preciso y excelentemente elaborado, como lo han demostrado en otras ocasiones. Porque lo que se persigue con ello es que los jugadores rindan al máximo en esta situación, que sean capaces de dar la mejor versión de sí mismos pero, sin embargo, este tipo de estrategias alejan a los jugadores del rendimiento  óptimo y les impide rendir a su nivel.
En mi opinión, es una errónea estrategia para aumentar la motivación de los jugadores, en una situación en la que ésta (la motivación) debe de alcanzar su máxima expresión “per se”, es decir, por  el significado de la propia situación y por la importancia que le otorgue cada jugador intrínsecamente.