Estaba leyendo una noticia acerca del nuevo preparador físico del Madrid (el País, 29-07-07), en la que también se hablaba de novedosas técnicas de entrenamiento, individuales y específicas y, de repente, aparece una afirmación categórica: “Hace 20 años cuando no había conocimientos científicos, se hacían entrenamientos más generales, pero ahora hay que aprovecharse de la tecnología y concentrarse en lo específico”.
Confundir conocimiento científico con desarrollo tecnológico es algo que no queda bien, sobre todo en los que se consideran expertos en la materia de la que hablan. No me atrevería a señalar una época en la que la preparación de deportistas está basada en el conocimiento científico, pero si puedo indicar que a mediados del siglo pasado ya se producía este hecho.
En los años 70, el profesor del INEF de Madrid, Carlos Álvarez del Villar ya lo fundamentaba en su asignatura sobre preparación física. También compartí con mi amigo Ramón Cid, excelente triplista y responsable de la sección de saltos de la Federación Española de Atletismo, formas de entrenamiento basadas en el conocimiento científico para la Olimpiada de Moscú-80: él para su propia preparación y yo para la de los judokas J. A. Cecchini y I. Sanz Paz.
Desde entonces, numeros@s deportistas y entrenador@s han utilizado dicho conocimiento para su preparación orientada a Campeonatos del Mundo y Juegos Olímpicos. Por lo tanto, hacer referencia al desarrollo tecnológico como si fuera el conocimiento científico es algo que, o es un error, o pertenece al mundo de las opiniones generadas por el desconocimiento.