sábado, 23 de mayo de 2009

si juegas una final sin presión, sin imponerte la obligación de ganar es imposible lograrlo

Interesantes y contradictorias declaraciones atribuidas a P. Guardiola, entrenador del F. C. Barcelona, aparecidas en el diario El Mundo (21/05/09). Con la primera parte de ellas estoy totalmente de acuerdo, ya que no sólo no ganarás una final sin presión, sino que es imposible disputarla sin ella.



Otra cosa es lo de imponerse la obligación de ganar, porque comprometerse a algo que no depende de ellos sólo hace que aumente la ansiedad. Es presión exógena, que en ocasiones anteriores ya hemos indicado que es una mala compañera para buscar la optimización del potencial y del juego virtuoso en situaciones de competición.



Normalmente provoca que el juego conlleve precipitación, nerviosismo, desajustes, falta de precisión, aceleración y llegada a destiempo a los apoyos y, sobre todo, pérdida del “time tecnico-táctico”. Espero que sólo sean palabras para la prensa y que prevalezca la motivación intrínseca y la presión endógena en el trabajo de afrontamiento de la final frente al Manchester United, ya que es el único camino para desarrollar el virtuoso juego que poseen, como lo han demostrado a lo largo de toda la temporada.