Es lo que piensa Sebastián Coe, presidente del comité organizador de los JJOO 2012, según
las declaraciones publicadas en el diario El País (19/07/12), que ganó la medalla de oro en los 1.500 metros
en los Juegos Olímpicos de Moscú, en 1980, y en Los Ángeles 1984. “Personalmente creo que existe una
correlación entre el número de ‘tuits’ enviados durante el periodo de
competición y el bajo rendimiento de un atleta” porque que desvía a los atletas
de su principal objetivo.
Y continuaba “Cuando yo
corría, solo quería centrarme en la competición. Sabía que era mi momento y que
solo te llega una vez en la vida; no es como el examen de conducir, que lo
suspendes y te presentas al mes siguiente”. No tendrían que pensar en leer su
cuenta de Twitter” porque, para Coe, “solo” debería estar centrado en conseguir
una medalla en los Juegos”.
Este tipo de
suposiciones, muestran la ignorancia del funcionamiento mental de los seres
humanos: cómo gestiona sus capacidades y cómo distribuye su tiempo son parte
del universo personal del deportista y, en el hipotético caso de que se viera
afectado por este elemento exógeno, supondría que no ha preparado de forma
adecuada su participación en estos juegos.
Establecer una asociación
entre el rendimiento de los deportistas y twitter, tiene el mismo fundamento
que hacerlo con actividades como pasear, jugar al parchís o al ajedrez, y dependerá del uso y de la utilización que haga el propio deportista. Si sustituye
su tiempo de entrenamiento o de recuperación por actividades en twitter, en pasear en exceso o en jugar al ajedrez, o si está pensando en ello mientras está
compitiendo, evidentemente que su rendimiento se verá afectado, pero son cosas que dependen de
su sistema de autorregulación.
Anticipar una errónea
gestión de su tiempo libre, como parte de su preparación para los JJOO, y hacerlo
extensible y universal a todos los deportistas que participan en este evento,
se acerca más a un comentario gracioso de taberna que a una evidencia científica que deba ser tenida en cuenta.