A veces resulta difícil mantener la
tranquilidad y sentirse a gusto cuando el desarrollo del juego no es como
esperaba el deportista y entonces, sin quererlo, responde emocionalmete de
forma reactiva con un sentimiento
de intranquilidad y
desasosiego que influye de forma negativa en su nivel de rendimiento.
Sin embargo si, independientemente del juego que se desarrolle, en dicha
situación se genera una sensación de tranquilidad acompañada de un sentimiento
de satisfacción, las decisiones que se tomen o las acciones que se realicen
posteriormente serán más eficientes.
Esta efecto se basa en el vínculo ideomotor o “la
máquina asociativa del pensamiento” que se produce entre las emociones y las
acciones y que pueden ser primadas por acontecimientos de forma incosciente,
porque la red asociativa entre ambas es recíproca, según D. Kahneman (pensar
rápido, pensar despacio, 2012), profesor de la universidad de Princeton.
Lo que se ha hecho no se va a poder cambiar, pero
las sensaciones se pueden reconducir
en la dirección adecuada, lo que permitirá influir positivamente en el
desarrollo del juego posterior. Es la manera de mejorar el nivel de juego y de alcanzar el rendimiento deseado.