El hecho de enfrentarnos a retos personales supone que dichas situaciones se caracterizan por tener un especial significado personal y porque que las elegimos libremente, lo que se encuentra asociado a la motivación intrínseca. La elección de la tarea es un factor externo que influye positivamente en el nivel de motivación señalada.
Por lo tanto, lo interesante es que la presión que genera en este tipo de estrés es endógena y positiva, es decir, que contribuirá a facilitar la utilización del potencial de las personas inmersas en estas experiencias, ya que funciona a modo de estimulador y motivador mental para acometer tareas difíciles con posibilidades de éxito: “Un estrés no excesivo motiva el aprendizaje, incrementa la memoria y contribuye al mantenimiento del funcionamiento cognitivo.” Otro importante motivo para aprender a gestionar el estrés en beneficio de la propia persona.