jueves, 21 de agosto de 2008

Lo importante no es alcanzar las estrellas sino tener estrellas que alcanzar.

Más o menos es lo que se comentaba en  prensa (DV 15/08/08), relacionado con el pensamiento que les guía a determinados deportistas olímpicos. Entre ellos, a la nadadora sudafricana  Du Toit que, a pesar de perder una pierna en un desgraciado accidente, participa en estos JJOO como una más.



Señala la importancia de plantearse objetivos y metas concretas, desde un punto de vista motivacional, que nos orientan y nos guían en el camino decidido. Además el hecho de plantearse retos es el primer paso para conseguirlos.



Me he encontrado con deportistas que se sienten incómodos cuando les he sugerido que se planteen objetivos. Sin embargo, más bien creo que lo que les incomoda es verbalizarlos o reconocer que los poseen, como si el hecho de tenerlos les generara más presión y conllevara la obligación de alcanzarlos.



Es una manera muy expresiva de remarcar la distancia que existe  entre tener objetivos y la obligación de conseguirlos, lo que ayuda a reducir la presión exógena y a incrementar el esfuerzo y el compromiso necesarios para lograrlos.  También focaliza la atención  en lo que depende del propio deportista, considerándolo como valor de máxima importancia: el hecho de “tener estrellas que alcanzar” es una decisión personal que depende de uno mismo y proyecta hacia el futuro.