miércoles, 23 de julio de 2008

se me fue la cabeza

Es un comentario  del golfista Sergio Garcia, aparecido en prensa (DV 21/07/08), relacionado con su actuación en el Brithis-08.  Y continua “se me fue del todo, era como si tuviera el cerebro muerto, mi cuerpo era incapaz de reaccionar”. Se refiere al juego desarrollado en los 9 últimos hoyos. Es interesante porque relaciona el aspecto cognitivo con el comportamental, pero ¿qué ha pasado con las emociones?. En el segundo golpe del día, al no alcanzar la bola el lugar deseado, deja caer el palo, en el green del segundo hoyo lo lanza al suelo, es decir, realiza dos comportamientos reactivos provocados por una alteración emocional, la hostilidad. Sabemos que existe una estrecha relación entre el tono muscular de “sostén” y las emociones,  que esta relación se construye de forma no consciente y que, para ejecutar las acciones con precisión,  debe de  evitarse fluctuaciones emocionales y mantenerlas estables, a pesar de que  en parte escapan a nuestro control. Por eso, es entendible el comportamiento reactivo, pero los pensamientos sí están bajo nuestro control y se pueden construir procesos que nos permitan dirigirlos y manejarlos adecuadamente en cada momento. Es una parte del entrenamiento y es lo que resulta llamativo: que en el nivel de competición  en el que se ha dado esta situación, ocurran estas cosas y que se consideren inevitables. Conviene recordar que, desde nuestra perspectiva integral, las emociones, los pensamientos y los comportamientos se encuentran estrechamente interrelacionados, pero que lo único que se puede estabilizar son los pensamientos, es decir, la cabeza.