En esta ambivalencia parece ser que se movió el aspecto mental del jugador de futbol Cesc Fábregas, a la hora de lanzar su penalti contra Italia, para acceder a las semifinales, en este Cto de Europa. Como él mismo señalaba (Diario Vasco 24/06/08), “la vida te da una oportunidad y yo sabía que lo marcaría”. Se pudo observar que el jugador rebajó tensión a través de varias respiraciones profundas y, aunque en su equipo no es el encargado de lanzarlos, asumió la responsabilidad de lanzar el último, que a la postre fue el decisivo. Utilizó la respiración, el autodiálogo centrado en sí mismo y en la responsabilidad, la confianza de rendir bajo presión, pero sobre todo, supo afrontarlo como un reto personal, como una oportunidad de ponerse a prueba y demostrarse a sí mismo que era capaz de hacerlo, a pesar de que era el primer penalti que lanzaba desde los 15. Curiosamente, cuando utilizas este estilo de afrontamiento, lo demás no existe.