viernes, 25 de julio de 2008

el resultado obtenido y su imposibilidad de utilizarlo como referencia evaluativa

Continuamente observamos que, cuando se producen triunfos exitosos, se tiende a valorara positivamente el trabajo realizado en el entrenamiento y en la preparación de un campeonato. Sin embargo el resultado de clasificación, entendido como el puesto conseguido, no debería tener esa función evaluativa que en determinados ámbitos y en demasiadas ocasiones continúa siendo la única forma de valorar al deportista. 
Al no poseer ninguna magnitud para poder ser medida, carece de fiabilidad y validez valorativa, lo que impide su sostenibilidad y replicabilidad en el tiempo, por lo tanto, como instrumento evaluativo deja mucho que desear. Otra cosa es el resultado asociado al comportamiento del deportista, que si posee características, o magnitudes de medida, para poder ser evaluado.



Muchas son las variables relacionadas con el resultado (clasificación) de carácter incierto y aleatorio, lo que impide su uso evaluativo, a pesar de que aparentemente, pueda ser la consecuencia de un trabajo bien hecho. Carece de características y propiedades que puedan ser ordenadas en una escala numérica y ser medidas de forma individual.



Sin embargo, el comportamiento de los deportistas sí que pueden poseer esos elementos susceptibles de ser medidos. Además, al realizar dicha valoración, en el primer caso estamos utilizando referencias externas, es decir, comparación normativa, y en el segundo internas, de carácter autocomparativo. Por lo tanto, en el ámbito del rendimiento deportivo, desechemos el resultado de clasificación obtenido en una competición como principal instrumento de evaluación para valorar el comportamiento de los deportistas.