martes, 26 de agosto de 2008

cuanto menos intervenga, más seguro estaré de haber hecho mi trabajo

Interesantes y acertadas declaraciones del seleccionador español M. Hendriks de Hockey Hierba, al hablar de su trabajo con los jugadores para los JJOO de Beijing-08.Cuanto más autonomía tenga el/la deportista mayor autodeterminación y crecimiento personal se producirá en el/ella.



Sin embargo, existen entrenadores que actúan de forma contraria, fomentando la dependencia y la sumisión en base a sus criterios personales. Esto desemboca en lo que se conoce como “deportistas marioneta” los cuales, en competiciones de máxima significación, exigencia y determinación, son incapaces de manejar la presión y rendir por lo que valen.



Además, la visión que  tiene el jugador de la situación competitiva durante el partido es muy diferente a la del entrenador desde el banquillo. Por eso, el plan de competición debe ser minuciosamente elaborado entre el entrenador y los deportistas, pero con posibilidades de ser  modificado  para tomar decisiones  intuitivas en situaciones impredecibles o de continua adversidad de las previstas. Reforzar y desarrollar esta manera de  funcionar, es una parte muy importante del trabajo del entrenador.



Es muy satisfactorio encontrarse con técnicos que  piensan  de esta manera y  que realizan  este tipo de declaraciones, porque clarifican la forma de abordar el trabajo con deportistas y contribuyen a reforzar el camino hacia la mejora y hacia su desarrollo personal. 



los músculos y la cabeza están en los genes

Es la opinión del presidente de la Real Federación Española de Atletismo, según el artículo publicado en el diario El País 25/08/08, en el que se comenta la falta de capacidad de competir de determinados atletas  y su origen genético: “se nace con ella o no se  nace”.

En el caso de que así se haya expresado, habría que contextualizarlas y considerar su disgusto por los resultados de sus atletas. Existe una consistente fundamentación teórica y experiencial, que indican lo contrario, es decir, que la capacidad competitiva no pertenece al mundo de la fisiología, de la biología o de la genética, sino que es de componente psico-social  y se puede desarrollar como cualquiera del resto de las habilidades mentales.

Además, cuando se menciona dicha capacidad habría que concretar el contenido de la misma. Pero si se piensa que, al referirnos a la capacidad competitiva, estamos hablando de máxima convicción, de manejar la presión de forma positiva, de perseverar en el esfuerzo, de mantenerse luchador/a ante situaciones adversas y de darlo todo en situaciones de máxima exigencia, evidentemente, se tiene que admitir que son entrenables y que no depende de los genes: Que estuviéramos predeterminados para ser capaces de rendir a nuestro nivel o por encima del mismo hasta ese momento, es una idea  del pasado desechada hace mucho tiempo.

lunes, 25 de agosto de 2008

el fallo reside en la poca mentalización

Son declaraciones aparecidas en el diario el País 22/08/08 y atribuidas a Fermín Cacho, medallista en Barcelona-92, referidas a la actuación del equipo de atletas de la Federación Española de Atletismo desplazados a los JJOO de Beijing-08. Para comentarlas, habria que conocer si, dentro de los planes de entrenamiento, se contempla el aspecto de la preparación psicológica y se aborda desde una perspectiva integrada.

La cantidad de tiempo dedicada a construir una mentalidad competitiva, irá en consonancia con el valor que tiene este aspecto para el deportista y su entrenador, que en la mayoría de los casos es escasa. Si además piensan que eso se va consiguiendo fundamentalmente a través de la experiencia, difícilmente llegarán a alcanzar su máximo desarrollo potencial.

Sin embargo, no estoy de acuerdo cuando señala que “Si el atletismo español se va de vacio…es un fracaso”. Para realizar este tipo de valoraciones es necesario conocer la actuación de cada atleta y constatar que su comportamiento competitivo ha estado alejado de su potencial, es decir, de su marca personal. Y aunque esto sea así, existen factores externos que condicionan el resultado de una competición, cuya característica principal es su aleatoriedad. Comparto su opinión  de que "nunca es tarde para estrenarnos", pero también añadiría amistosamente que "nunca es tarde para entrenarlas".

sábado, 23 de agosto de 2008

la desobediencia puede ser un síntoma de madurez

Con esta frase comenzaba un artículo en un diario estatal (El País 22/08/08), para comentar el partido de Hockey hierba de semifinales disputado en Beijing 08 entre el equipo español y el australiano.



Se refería al cambio decisional que se produjo en un saque de penalty-corner, en la fase final del partido, que supuso la victoria para el equipo español. Según el jugador el plan era lanzarlo a la derecha porque al equipo australiano le iba peor. Sin embargo, justo antes de lanzarlo pensó: “Después de 7 penaltys-corners lanzados nos han bloqueado mucho esa zona y me he dicho: no Santi, por la izquierda”. Y por allí entro la pelota.



Más que una desobediencia es un claro ejemplo de toma de decisiones intuitiva, rápida, basada en el conocimiento experiencial y en la determinación del jugador, como acertadamente se encargo de explicar una vez finalizado el partido: “Cuando iba a lanzarlo, me acorde que en un torneo anterior disputado contra esa selección le habíamos marcado tres tantos por ese lado y no dudé al cambiar de lado”.  A veces, los procesos decisionales intuitivos no se pueden explicar cómo han ocurrido, pero se encuentran íntimamente relacionados con la inteligencia práctica y, por eso, el plan táctico debe ser lo suficientemente flexible para que los jugadores puedan utilizar todo su talento.