miércoles, 5 de noviembre de 2008

ahora tenemos que convertir este triunfo en importante

Son declaraciones aparecidas en prensa (DV 02/11/08) y atribuídas al entrenador de la Real Sociedad de Fútbol, después de que su equipo ganara el partido de liga correspondiente.Es evidente que se desconoce el impacto negativo que generan los cambios en el grado de importancia de las situaciones de competición en la consistencia psicológica del equipo. Esto supone una minimización no explícita del valor del logro obtenido y de sus posibilidades futuras.Además, el hecho de centrarse exclusivamente en el resultado positivo conseguido, hace que se esté cultivando el terreno para el aumento de la ansiedad y, cuando “jugar mal o bien queda en un plano secundario”, son los propios protagonistas los que se ponen sus propias trampas en el camino del rendimiento eficiente. Luego se extrañan de que el juego del equipo en cada partido sea irregular, desconocido y dispar, carente de continuidad.



lunes, 3 de noviembre de 2008

trabajo psicológico no identificado

Un buen ejemplo de trabajo psicológico que no se asimila como tal se deduce del contenido del artículo aparecido en El País (01/11/08), en el que se explica el trabajo que el entrenador catalán, Pep Guardiola, realiza con dos jugadores para mantener la posición.Se intenta que entiendan gráficamente lo que tienen que repetir cada día, para evitar correr por correr sin un sentido de juego. Si juegan donde debieran les bastaría un desplazamiento de 20m., bien para hacer apoyos en ataque o en defensa.” A veces basta una sesión de video de dos minutos y medio y una charla de cinco”.¿Es así? ¿En una sesión de siete minutos se resuelve el problema?Por lo que se ve, el impacto positivo que genera en la capacidad visualizadora del jugador y su trabajo posterior en este orden, asi como la influencia sobre su autoeficacia, sencillamente no existen.En realidad lo que ocurre es que, para cumplir con las funciones encomendadas por el entrenador durante el partido, el jugador necesita realizar acciones de "anticipación mental con soluciones eficientes" antes y durante el juego, y esto es un trabajo que pertenece al ámbito psicológico, a pesar de que no sea identificado ni considerado como tal.



domingo, 26 de octubre de 2008

presión: dos visiones diferentes

A veces los entrenadores de futbol no encuentran un discurso satisfactorio que les permita desarrollar su cometido de forma gratificante. Un buen ejemplo de ello son los comentarios aparecidos en prensa (El País 26/10/08). En uno de ellos el entrenador J. Caparrós, a la pregunta sobre la presión responde ¿Presión? “la tenía cuando, tras trabajar, hacia 700km diarios para entrenar”. Los malos resultados pueden dar rabia, pero no me genera presión y continúa, “me gusta tanto el fútbol que disfruto incluso en la situación actual” (el equipo se encuentra en zona de descenso). En el otro, aparecen los comentarios del entrenador K. Dalglish cuando presentó su dimisión en el Liverpool en el año 1991: “La presión el día de un partido me hace explotar la cabeza y así no puedo seguir”. Es evidente que la diferente interpretación de estas dos versiones de manejar la presión se origina en el estilo de afrontamiento de cada uno de los dos entrenadores. En el primer caso aborda desde el disfrute y la satisfacción, mientras que en el segundo se vive como si fuera una pesadilla, con exceso temor y anticipando un resultado negativo.



miércoles, 1 de octubre de 2008

gestionar mejor las emociones

Ultimamente he leido en prensa (DV 29/09/08) declaraciones de entrenadores en las que se hace referencia a la adecuada gestión de las emociones para tomar correctas decisiones. Quizás se estén refiriendo a elementos atencionales o motivacionales, porque en todos los casos lo relacionan con aspectos de “locus de control externo” o de ansiedad frente a los posibles errores. Por eso, más que gestionar las emociones deberíamos de conocer y de utilizar el sistema de autorregulación, en el que confluyen aspectos emocionales, cognitivos y comportamentales de forma integral, verdadero garante de la optimización del rendimiento competitivo. Por cierto, algo que también es entrenable y mejorable.