A
menudo se suele hablar de lo
posible y lo imposible a la hora de plantear objetivos en el alto rendimiento,
cuestión que está en boca de muchos
entrenadores y deportistas. Cuando un deportista habla de imposibles, en
realidad está señalando que no va a estar dispuesto a hacer todo lo que esté en
su mano para conseguir su meta, o que la ve inalcanzable.
Los que tienen la determinación y la fuerza de
voluntad para buscar aquello que inicialmente puede ser inalcanzable son
deportistas que poseen una altísima confianza en sí mismos de manera permante y
nada de lo que les pueda ocurrir en términos de dificultades o adversidades les hará apartarse de su
camino.
Es el tránsito en la búsqueda de la excelencia, en el que se hace imprescindible una férrea
voluntad de conseguirla, pero en el que no todos los deportistas están dispuestos
a poner lo necesario para ello. La implicación en el esfuerzo a altas intensidades, la determinación
y la perseverancia en las tareas que dia a dia se deben realizar, son tres premisas necesarias para convertir
lo imposible en posible.