Leyendo un artículo en el diario El País
(23/06/17) sobre el auge de disciplinas
no avaladas por la ciencia y la promoción de pseudociencias, como en el caso de
la defensa de la morfopsicologia en un programa de TVE dirigido por J.
Cárdenas, se puede constatar que la ignorancia se vuelve competente. En dicho
programa se defendía la falsa teoría de que el autismo está relacionado con el
uso de las vacunas. Otro ejemplo lo tenemos con el auge del coaching, en
el que cualquier persona que realice un curso de fin de semana, ya se encuentra
capacitada para orientar y aconsejar sobre procesos mentales y sobre la
personalidad de los deportistas.
En el
libro de J. Whitmore (Coaching- el método para mejorar el rendimiento de las
personas), padre de dicha disciplina, se puede constatar la
falta de rigor científico y la confusión existente en numerosas afirmaciones
que se realizan, como por ejemplo, que la motivación es parte de la emoción, o
el rechazo a la positiva influencia del
aprendizaje vicario en el desarrollo de las personas. Cuando los principios
fundamentales de la intervención
se basan en la obviedad y la sensatez, acompañados de falta de contenidos
relacionados con el comportamiento humano y del rechazo a los mismos, como en el caso de coaching,
podemos afirmar que estamos ante
una disciplina pseudocientífica.
No
solo el individuo puede aprender por sí mismo, sino también con ayuda de los
demás. Podemos mencionar el caso del golfista S. Garcia, que estuvo 16 años
rechazando el entrenamiento mental y gracias al padre de su compañera
sentimental, entrenador de fútbol americano, cambió de mentalidad. O en el caso
del conocimiento de las relaciones entre la dificultad percibida y el grado de
confianza, cuestión desconocida para la inmensa mayoría de deportista y
entrenadores ya que, en mis 40 años de experiencia en el alto rendimiento, sólo he conocido un caso de adecuada
asociación; en el resto era inadecuada y errónea. De ahí se deriva la
importancia de hacer partícipe de este tipo de conocimientos, en el camino de
la excelencia, a deportistas que lo ignoren.