miércoles, 14 de junio de 2017

de la certeza y de la convicción.

          La  lectura de un artículo publicado en el diario El País (12/06/17) en el que se aborda el poder de la convicción y lo firma Toni Nadal, entrenador del tenista mallorquín R. Nadal, me ha servido para reflexionar sobre estas cuestiones: la certeza se basa en evidencias, pero la convicción en creencias.
         “Cuando me preguntaban si Rafa iba a ganar su décimo Roland Garros (entre ellos su hijo menor), siempre daba la misma respuesta por convicción y porque quiero que se eduque en el ejemplo: Creo que sí, Joan. Porque es lo que quiero creer y porque es imposible trabajar con total entrega si tu no crees que vas a conseguirlo”. Y siempre acababa diciéndole a su hijo: Intenta hacer lo mismo tu y aplícate convencido de que vas a lograr lo que persigues”.
          La máxima creencia en que serás capaz de hacer las cosas necesarias para conseguir un objetivo es la base de la convicción, es un arma poderosísima que proporcina retos increíbles. Siempre existe  incertidumbre a su alrededor, porque estamos hablando sobre algo que sucederá, es decir, de futuro y de creencia anticipada. En el caso de la certeza, la incertidumbre desaparece pero, en el alto rendimiento, nunca hay certeza sobre el resultado de un partido o de una competición que se va a disputar. Sería una falsa certeza que influye negativamente  en la  sensación de invulnerabilidad, efecto contrario al que genera la convicción.