Interesante cuestión planteada por el eminente
psicólogo y premio nobel de economía en 2002, D. Kanheman, en su última publicación "Pensar rápido, pensar despacio" (2012), que nos ayuda a entender las
dificultades que surgen en la preparación psicológica relacionada con el alto
rendimiento.
Somos capaces de construir la mejor historia posible para
tomar decisiones y, si es buena,
nos la creemos independientemente del conocimiento o de las evidencias reales.
Sin embargo, una cosa es creer que se están haciendo adecuadamente las cosas y,
otra muy diferente, es saber que las cosas son adecuadas. El saber supone
conocimiento y evidencias probatorias de que las cosas son así, mientras que el
creer no necesita semejante
principio.
En nuestro caso, nos referimos al saber si el esfuerzo y
el trabajo que realizan los
deportistas en su camino hacia el alto rendimiento, son congruentes con lo que
deben hacer para alcanzar sus objetivos. Últimamente me he encontrado con
jóvenes que creían que estaban
haciendo las cosas adecuadamente pero, al no establecer una diferencia entre el
creer y el saber, se perpetuaban los déficits que deberían haber mejorado, con lo que sus metas se convertían en inalcanzables cuando inicialmete
habían sido posibles.